El niño reprime emociones en el rincón de pensar

Esta técnica de modificación de conducta es en realidad un castigo camuflado. La alternativa es crear un espacio que le
permita bajar revoluciones.
Enviarlos a la esquina o a un lugar a pensar se traduce en una represión de emociones que se acumulan y provocan una explosión. Foto: Freepik

Enviarlos a la esquina o a un lugar a pensar se traduce en una represión de emociones que se acumulan y provocan una explosión. Foto: Freepik

13 de marzo de 2023 08:00
Gabriela Balarezo

El rincón de pensar es una técnica que sigue siendo utilizada por padres y educadores cuando los niños tienen comportamientos que consideran no adecuados. Aunque parece inofensiva y eficaz, cada vez más profesionales y expertos en crianza, sobre todo positiva, la desaconsejan.

Este método se popularizó en todo el mundo a raíz de la emisión del programa ‘Superniñera’, protagonizado por Jo Frost. Consiste en aislar al niño que ha tenido una mala conducta o berrinche para que piense en lo que acaba de hacer.

La técnica tiene variaciones según el contexto de cada familia y las circunstancias. Lo que se hacía en generaciones pasadas era pedirle al pequeño que se coloque en una esquina de una habitación mirando a la pared durante un período preestablecido de tiempo.

En la actualidad ha evolucionado. Los progenitores ahora establecen un lugar específico que no es la tradicional esquina (una silla o las escaleras, por ejemplo) para enviar a su hijo a reflexionar. El tiempo que permanezcan allí dependerá de la edad del hijo. Si tiene 3 años, serán 3 minutos y así.

Castigo camuflado

Alberto Soler, reconocido psicólogo español y autor de numerosos libros sobre crianza, es un detractor de usar esta mal llamada herramienta. Pese a que se trata de una forma de proceder aparentemente amable “no es oro todo lo que reluce”, advierte en su programa en línea ‘Píldoras de Sabiduría’.

El experto dice que quienes emplean y defienden el uso del rincón de pensar lo ven como una estrategia moderna y benevolente. “No castigan, solo responden ante la ‘mala conducta’ con una invitación a pensar”.

Sin embargo, lo que sucede es que el rincón de pensar es un castigo encubierto, según el psicólogo. Es una vieja técnica de modificación de conducta que se ha ido adaptando al contexto actual, pero que, pese a los cambios, no deja de implicar una corrección.

Soler explica que está basada en el tiempo fuera de reforzamiento. Esto significa que durante el período en el que permanece en el rincón de pensar al niño se le quita algo para dejar de reforzar una conducta y evitar que se vuelva a producir.
En este caso, además de una privación sensorial (porque no puede llevar consigo nada entretenido), se le retira la atención y el afecto de sus padres.

Una alternativa

Por esta razón, no es una forma idónea de proceder. Y es todavía peor cuando se trata de niños pequeños, de menos de 4 o 5 años, que no acaban de entender su propio comportamiento. A esas edades les cuesta mucho regularse emocionalmente y necesitan de sus cuidadores como guías.

Para Consuelo Mendoza, psicóloga certificada en disciplina positiva, el tiempo fuera en el rincón de pensar no implica comprensión a largo plazo y tampoco un aprendizaje.

En los momentos posteriores a una conducta que no se considera adecuada o ante un berrinche, lo más recomendable, según la especialista, es “llevarlos a la calma”. No se trata de parar o cortar la emoción sino de darles herramientas para gestionarla de la mejor forma.

El rincón de la calma incluye peluches o almohadas para abrazar. Foto: Redes sociales

El rincón de la calma incluye peluches o almohadas para abrazar. Foto: Redes sociales

Así, Mendoza señala que la propuesta desde el campo de la disciplina positiva es crear un ‘rincón de la calma’. Se trata de un espacio visible en cualquier lugar de la casa (idealmente en la habitación infantil) o de la escuela al que pueda acudir para procesar sus emociones con la guía de sus cuidadores.

En este espacio se adapta a la personalidad y circunstancia de cada niño. Incluye, asimismo, una caja o canasta con herramientas concretas y visuales que pueden usar para calmarse, detalla la psicóloga. La idea es que a través de la decoración y las propuestas que implican, el pequeño se sienta tranquilo y sea capaz de reducir la intensidad de lo que siente.

Si a una persona, durante la infancia, le calmaba escuchar el sonido de las olas mientras pasaba tiempo en este rincón, de adulto puede recurrir a imaginarse cerca del mar para bajar sus revoluciones.

Algunos elementos del rincón de la calma

Libro 'La Calma de León'

Cuentos.  Pueden tener a la mano en este espacio seguro sus libros favoritos. También hay cuentos específicos, como ‘La calma de León’, de Victoria Conte, que ayudan en el manejo respetuoso de las emociones, en este caso del enojo.

Piedras para relajarse

Herramientas. Existen varias actividades para acompañar a los niños en momentos de emociones intensas. Como unos ejercicios de respiración con piedras de colores que fomentan la relajación o también tarjetas de emociones.

Botella sensorial

Manipular. Pueden ser útiles las botellas sensoriales, los populares ‘pop it’, plastilina o cualquier objeto que puedan manipular y que tengan texturas suaves (como un cepillo de bebé). A otros pequeños, les tranquiliza mucho dibujar.

Mira más noticias en: https://www.elcomercio.com/ultima-hora/

Te puede interesar