Los enjuagues bucales son productos complementarios para la higiene bucal que en Ecuador se venden de forma libre. Sin embargo, su uso diario y a largo plazo no es recomendado por los especialistas en odontología.

“En zonas geográficas como el norte de Europa, el enjuague bucal ya tiene restricción, porque genera, entre otros, pigmentación sobre los dientes y alteración de la flora bacteriana de la boca”, dice Byron Acevedo, director de la Escuela de Odontología de la Universidad Internacional del Ecuador.

El odontólogo explica que el 90% de enjuagues bucales está compuesto por clorhexidina, un fármaco que elimina solo ciertas bacterias. Cuando el enjuague bucal se usa con frecuencia, algunas bacterias y parásitos llamados oportunistas empiezan a crecer. En estos ambientes, es común que los hongos proliferen, afectando la salud oral y general del paciente.

El enjuague bucal también puede causar daños en las encías, principalmente si la fórmula contiene alcohol. En estos casos, los tejidos blandos se deshidratarán.
Acevedo asegura que el mejor método profiláctico es el cepillado de dientes. Es importante que el paciente aprenda la técnica, para realizar una correcta limpieza y no dañar las encías.

El hilo dental también es necesario, sin embargo, su mal uso puede lastimar y causar sangrado de las encías; empujar la placa bacteriana y ocasionar su acumulación, y desgastar el tejido del cuello dental. Es recomendable usar hilos dentales certificados y que tengan forma de una lámina plana rectangular. Los irrigadores dentales son una alternativa más segura, aunque más costosa.

Si bien muchas personas usan enjuague bucal al terminar el cepillado y limpieza interdental, Acevedo aconseja evitar esta costumbre. Usar agua es suficiente. “Los enjuagues con agua hacen un arrastre mecánico del contenido de las secreciones bucales, es un arrastre por igual de toda la flora bacteriana”, dice.

El enjuague bucal se debe usar solo bajo receta y supervisión de un odontólogo. “Se manda cuando en realidad el apoyo del cepillado es malo”, explica el especialista. Por ejemplo, para pacientes que hayan tenido cirugías oral o maxilofacial o pacientes que tienen limitación transitoria de la motricidad de las extremidades superiores.