La sobreprotección a los hijos, secuelas en la adultez

El rechazo social y la ruptura de relaciones amorosas en la adolescencia y adultez son marcados por las conductas sobreprotectoras. 
La dependencia en la toma de decisiones es una de las consecuencias de la sobreprotección. Foto: Freepick.es

La dependencia en la toma de decisiones es una de las consecuencias de la sobreprotección. Foto: Freepick.es

4 de agosto de 2021 16:25
Darla Arevalo


La sobreprotección es una conducta que combina el cuidado y atención excesiva por los hijos, esta conducta se caracteriza por el continuo resguardo y protección en situaciones externas al hogar.

David Ochoa, psicólogo clínico MSc. neuropsicología, apunta que esta conducta se da por dos razones; la necesidad de preservar y proteger a una persona a través de una situación sentimental y por la réplica de crianza de los progenitores.

La conducta de la sobreprotección provoca en los niños dificultades al momento de socializar con otras personas fuera del núcleo familiar, el egocentrismo y la manipulación son los comportamientos más evidentes.

Entre las consecuencias más comunes en la adultez son: la falta de relaciones sociales, incapacidad para resolver problemas, sentimientos de inutilidad, inseguridad, dependencia emocional en la toma de decisiones, difícil adaptación en entornos sociales, sensaciones de abandono, frustración y estrés, estas dificultades pueden ocasionar trastornos psicológicos y traumas.

Ochoa señala que el desarrollo social invadido por la sobreprotección, causa problemas en relaciones amorosas, amistosas, alta dificultad en el desenvolvimiento laboral e independencia, al no encontrarse dentro del vínculo familiar la persona afectada tiende a padecer episodios depresivos.

Las actividades sobreprotectoras hacia los hijos no suelen ser perceptibles por ellos, al ser provocadas por los padres lo catalogan como un acto común de amor, según el desarrollo de los niños van evidenciando las problemáticas acarreadas desde cortas edades dentro de su entorno social.

La sobreprotección se convierte en una rutina en la vida de los menores, la cotidianidad de las prohibiciones, el cuidado excesivo, entre otras crea patrones repetitivos por estímulos provocados en el cerebro, el órgano genera sensaciones de incomodidad e insatisfacción al no recrear los comportamientos marcados por la conducta.

Los expertos recomiendan incluir límites en la crianza de los niños; la enseñanza de la autonomía, responsabilidad en actividades escolares y del hogar, estimular el aprendizaje mediante el juego y la exploración de nuevos ambientes, solución de problemas y búsqueda de alternativas, impulsar el esfuerzo personal y brindar un espacio adecuado donde los niños tengan la oportunidad de expresar sus pensamientos e ideas.

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