El ‘orbiting’ es una forma de acoso digital
El ‘orbiting’ es una forma de acoso digital
El mundo de la tecnología cambió por completo la forma en la que entablamos y mantenemos relaciones.
Ahora toda pareja está intermediada por la tecnología: los celulares, las redes sociales, las aplicaciones... Todos los días la usamos para comunicarnos e incluso para iniciar relaciones amorosas.
Pero desde hace un tiempo ha empezado un fenómeno que ha cambiado también la forma de terminar esas relaciones de pareja. Primero fue el llamado ‘ghosting’, que consistía en desaparecer del mundo del otro, sin dar ninguna explicación. Con esto se entendía que una relación había terminado.
La nueva tendencia es el ‘orbiting’. El término se inventó para explicar el comportamiento de muchas personas que, aunque terminaron con sus parejas, siguen estando presentes en sus vidas a través de sus redes sociales.
Ponen ‘likes’ en sus fotos, retuitean o comentan sus posts, como una forma de decir “estoy ahí”, sin estar de verdad.
Alexandra terminó con su novio hace seis meses. Aunque prometieron que no habría comunicaciones entre los dos, él esporádicamente subía fotos de los dos a sus redes sociales y ponía mensajes románticos. “Me decía que me extrañaba o que yo era el amor de su vida”, relató la joven. Sin embargo, él empezó una nueva relación al poco tiempo, con lo que Alexandra pensó que no habría más mensajes.
Pero de pronto empezó a recibir ‘likes’ en sus tuits y en sus fotos de Instagram. Esa era la única ‘comunicación’ que existía entre ellos.
Esto, según los psicólogos, tiene como objetivo mantener cierto contacto y vínculo por si en algún momento hay un cambio de opinión y apetece retomar la relación.
Este tipo de comportamiento produce mucho dolor a quien lo vive, porque no comprende por qué si la otra persona
terminó la relación sigue estando presente a la distancia.
Se tratará de saber del otro, de ver si existe alguna posibilidad de retomar la relación. Pero si no hay respuestas, también producirá ansiedad, angustia y tristeza.
De acuerdo con las primeras investigaciones del tema, el ‘orbiting’ sí puede ser una forma de llamar la atención de una persona y, por lo general, se hace cuando se quiere tener a la persona disponible, ‘por si acaso, me interesa más adelante retomar el contacto’.
De esta forma se consigue que siga pensando en él o en ella, que le tenga en sus pensamientos y que piense que quizás, en algún momento, retomará el interés por ella o él y reiniciará un contacto en la vida real.
Es decir, es el tener un ‘plan B’ o mantener a alguien en la recámara, de toda la vida. En este caso es cierto que hay un interés, pero obviamente no el suficiente.
Para Alexandra, estos ‘mensajes’ que recibía de su expareja le costaron mucho tiempo y mucho sufrimiento, porque no podía empezar una nueva relación teniendo la ilusión de que en cualquier momento él podría regresar a su vida.
Según los psicólogos, el ‘orbiting’ es una especie de acoso, algo así como ‘stalkear’ a su expareja para saber qué es lo que hace, con quién está, en dónde, pero con la consigna de hacerle saber a la otra persona que está allí presente.
Una forma de evitar esto es poner distancia. Bloquear al ‘ex’ para que no esté presente en sus redes sociales, cortar la comunicación y evitar todo contacto virtual.
Si es muy dolorosa la separación, se puede buscar ayuda donde un especialista para romper con el apego que la relación pudo haber producido.
No es fácil salir de relaciones que terminan volviéndose tóxicas, pero Alexandra ya lo hizo. Van dos meses sin ningún contacto digital.
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