El síndrome del 'hijito de mamá' crea problemas
El síndrome del 'hijito de mamá' crea problemas
No hay duda de que para una madre no hay nada más importante que el bienestar de sus hijos. Se preocupan por ellos permanentemente, atienden cualquier demanda y están todo el tiempo a su disposición.
Esto hace que sea difícil romper el ‘cordón umbilical’ que existe entre ellos y se nieguen a aceptar que sus hijos ya crecieron y que es hora de que vuelen y formen su propio hogar. Es entonces cuando nace el temido ‘hijito de mamá’.
Este término se ha usado para calificar a los hombres que dependen de su madre por completo. No toman decisiones por sí solos y hacen todo lo que de ellos depende para mantenerlas felices, así esto implique ir en contra de su pareja.
Según la psicóloga Tatiana García, este es un tipo de dependencia negativa que existe entre madre e hijo y que puede generar rupturas y separaciones en su nuevo matrimonio.
Muchas novias no se dan cuenta del problema que este lazo puede traer a su relación hasta que ya es tarde.
De allí que la experta aconseja estar alertas a ciertas señales que pueden demostrar si en realidad un hombre es un ‘hijito de mamá’.
Una de estas es que compare las cosas que usted hace con cómo las hace su madre, que siempre está dispuesto a seguir las órdenes y cumplir las peticiones de su mamá. No importa si esto implica salir del trabajo, cambiar los planes que tenía con usted o llegar tarde porque tenía que acompañar a su madre a hacer las compras de la casa.
Si usted nota que su pareja es así, lo mejor será hablar del tema antes de dar el ‘sí’ en el altar, porque luego será más difícil tratarlo.
En esta conversación se deberá explicar que desde el momento en que se casen o que decidan formar una pareja, ellos serán el punto central de la atención del otro.
“La mujer deberá decirle a su esposo que ahora existen nuevas reglas de convivencia y transmitirle que tiene su propio hogar. Debe hacerle saber a su marido que no le agrada ese aspecto de la relación con su madre”, señaló García.
Las mamás que son sobreprotectoras no actúan de forma posesiva por ‘malas’ o porque quieran ‘perjudicar’a la posible pareja de su hijo, sino que es la forma en que aprendieron que debía ser la relación madre-hijo.
“Cuando sus hijos eran pequeños les inculcaron que ser bueno es cumplir las reglas de su madre y si no las obedece se lo catalogará como un mal hijo”, explicó la psicóloga.
Este es un problema que es cada vez más recurrente, porque aunque ahora los chicos son de una generación más liberal, están conformes con vivir con sus padres porque no deben ocuparse de nada, su responsabilidad es solo laboral y su dinero se usa solo para sus gustos. Así que se han acostumbrado a vivir con la aprobación y la protección de sus padres.
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