El cáncer de próstata es uno de los más frecuentes en hombres en el mundo. En Ecuador, de acuerdo con el Registro Nacional de Tumores, en 2020 se registraron 3 601 nuevos pacientes; a escala nacional, es el de mayor incidencia y mortalidad.

Como en todo tipo de cáncer, los especialistas insisten en que con chequeos oportunos se puede detectar la enfermedad en una etapa temprana, lo que incrementa la posibilidad de contar con más opciones de tratamiento y sobrevida.

En el caso del cáncer de próstata, uno de los exámenes que se ha utilizado por años es el del tacto rectal. Consiste en introducir un dedo enguantado y lubricado en el recto del hombre para palpar si hay algo anormal en la próstata.

Hasta la actualidad, la práctica de este examen ha estado rodeada de tabúes, lo que causa temor en muchos hombres que tienen reservas de acudir al urólogo. “Pesa bastante el tabú, es muy fuerte”, dice el médico urólogo Lenin Morán.

El especialista señala que, de acuerdo con guías establecidas en el mundo, además del tacto rectal se recomienda una ecografía para ver el tamaño de la próstata y ciertas complicaciones que pueden aparecer por el agrandamiento de esa glándula (hiperplasia).

Más alternativas

Otra de las opciones para detectar alguna anomalía es el antígeno prostático específico o PSA (por sus siglas en inglés), que es un examen de sangre que mide los niveles de esta sustancia en el cuerpo.

En su experiencia, práctica y apoyado en datos, Morán explica que su primera opción no es el tacto rectal y practica a sus pacientes el PSA y la ecografía.

Con los resultados, si hay algún tipo de alteración que muestre algo fuera de lo usual, posteriormente hace el tacto rectal.

“Las nuevas tendencias son no hacer rutinariamente el tacto rectal. Pero depende mucho del criterio del médico”, añade.

Para la uróloga Gabriela Escobar, uno de los problemas es que no existe el concepto de prevención precisamente por el tabú en torno al examen. “Muchos hombres piensan que porque no tienen molestias, porque no hay síntomas, no tienen que ir al médico”, sostiene.

Escobar recuerda que en la mayoría de casos este cáncer no muestra ningún síntoma y cuando se detecta es en etapas avanzadas. Por ello, insiste en la necesidad de controles oportunos.

En su consulta, la especialista tiene pacientes sin inconvenientes en que les realicen el tacto rectal; sin embargo, otros se resisten por miedo.

En ese caso, se opta por el antígeno prostático, una prueba que se utiliza como marcador de enfermedades de la próstata, pero no es específico para el cáncer.

Ventajas del PSA

Una de las ventajas que menciona Escobar del PSA es que determina si se trata de un crecimiento benigno o maligno. Con el tacto, en cambio, al tener esa glándula varias secciones, solo se puede palpar la cápsula posterior, pero si existe un tumor en otro lado, es difícil sentirlo.

La uróloga recalca que si bien el PSA es una opción, si es que los resultados del examen presentan anomalías, necesariamente se tiene que practicar el tacto.

Ambos especialistas subrayan que hay que dejar los tabúes sobre el tacto rectal, ya que es un examen que toma pocos segundos. Mantener una buena comunicación médico-paciente también ayuda a superar la vergüenza que puede existir.

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