El motivo no importa: puede ser por cansancio, falta de tiempo o de deseo. En ocasiones, las personas dejan pasar una considerable cantidad de tiempo sin mantener relaciones sexuales de ningún tipo, ya sea coito, autoexploración, juegos previos, entre otros.

Y aunque pudiera parecer que la afectación mayor ocurre sobre todo a nivel sentimental, si el individuo en cuestión tiene pareja, lo cierto es que los efectos de la falta de sexo se evidencian en todo el cuerpo.

No obstante, Caro Llaguno, terapeuta de Sexualidad Consciente, aclara que cuando una persona no tiene sexo por un periodo largo no pasa nada o “no va a pasar nada que sea terrible”. La persona simplemente no va a gozar de los numerosos beneficios que tienen las relaciones sexuales.

Las consecuencias de la falta de sexo se observan a nivel físico, mental y conductual. El sexólogo clínico Steven Herrera menciona que cuando ha sido por un periodo pro­longado, sistema inmunológico se debilita.

Los efectos en la salud

Hay diversos estudios que sustentan esta correlación. Por ejemplo, una investigación de 2004 realizada por Carl Charnetski y Francis Brennan concluyó que las personas con una vida sexual más activa “producen niveles significativamente superiores de inmunoglobu­lina A”. Cuando los niveles de este anticuerpo son bajos, los individuos son más propensos a tener gripes, resfriados y otros problemas de salud.

Llaguno señala que la falta prolongada de interacciones sexuales puede afectar a la salud genital. En el caso de las mujeres, cuando el canal vaginal se mantiene activo y tiene más movimiento, la zona genital se mantiene hidratada y más saludable. De igual forma, el acto sexual ayuda a aliviar los dolores menstruales, porque se liberan endorfinas (hormonas de la felicidad) que funcionan “como tomarse un ­ibuprofeno”.

La experta indica que las relaciones sexuales también inciden en la salud cardiovascular. “Resultan un gran ejercicio, ponen a trabajar al corazón y hacen que bombee mejor”, explica. No tenerlo va a eliminar todos estos beneficios”.

Mejor visión de la realidad

Las ventajas son muchas, sobre todo a nivel hormonal. En este contexto, el sexólogo Herrera comenta que una consecuencia puede ser el aumento de la ansiedad y del estrés.

Con el sexo, detalla Llaguno, se libera oxitocina. Esta hormona es útil para contrarrestar a otra, el cortisol, que provoca que nos sintamos estresados o ansiosos. Además, la autoexploración y la sexualidad, en general, son claves para tener una percepción más positiva de nosotros mismos y fortalecer la autoestima. La suma de los beneficios hace que tengamos “una mejor visión del mundo”.

Por el contrario, pasar mucho tiempo sin ningún tipo de relaciones sexuales provoca que las personas entren en una posición de letargo. La energía sexual está muy ligada a la creatividad, asegura Llaguno. Cuando la vida sexual está pausada, tampoco fluye bien la capacidad creativa.

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