La llegada de los reportes escolares con los resultados de exámenes y trabajos realizados en clase causan temor en muchos niños y jóvenes. ¿Por qué? Si no alcanzan un promedio regular en las asignaturas les genera preocupación por la posible reacción de sus papás.

Milton Moya y Patricia Chico, padres de Arlette de 9 años, explican que la menor empezó a presentar bajas calificaciones tras un cambio de casa. La familia conformada por tres integrantes vivía cerca de los abuelos paternos de la menor, pero por cuestiones laborales tuvieron que mudarse.

Las primeras muestras del cambio se dieron cuando en la libreta del primer parcial del tercer año de educación básica se evidenció bajas calificaciones en las asignaturas principales (Matemática, lenguaje…). Al preguntar a la niña qué sucedió se hallaban con una respuesta inconclusa de la situación.

Los padres acudieron al centro educativo para hablar con los profesores en búsqueda de una solución. Con la ayuda del psicólogo de la escuela comprendieron que la situación se debe al cambio de casa que vivieron y la separación de sus familiares.

Las notas mejoraron, pues los padres de Arlette crearon espacios de diálogo para conocer sobre los sentimientos, emociones y nuevos aprendizajes de la niña. También, crearon rutinas de estudio para la niña, es decir, por las tardes cuando ya estaban en casa leían cuentos, repasaban ejercicios matemáticos y realizaban juegos con palabras en inglés para reforzar el idioma extranjero.

Mónica Cobos, psicóloga educativa, considera que la acción tomada por los padres de la pequeña fue acertada. Cree que la comunicación y el diálogo asertivo acerca más a la familia para conocer una situación y buscar alternativas.

Causas de las malas notas
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Los problemas emocionales, ‘bullying’, falta de atención de los padres, cambio de casa y más son factores que pueden influir en el rendimiento académico de los niños. Un desequilibrio en una rutina establecida genera problemas de concentración hasta conseguir una nueva adaptación.

Las dificultades en el aprendizaje también se evidencian en las calificaciones. Niños y adolescentes presentan un desconocimiento de la asignatura, falta de compresión de un tema en específico. La falta de gusto por una materia provoca rechazo al estudio de la misma.

El uso desmedido de la tecnología (celulares, computadoras) en redes sociales, juegos y demás plataformas influye en la falta de estudio. Algunos menores se adentran en el uso de estas herramientas y olvidan de cumplir con sus tareas o estudiar para las pruebas.

Acompañamiento

Alexandra Allauca, docente de la Unidad Educativa Juan Pablo II de Quito, asegura que la mejor técnica para evitar las malas notas en los estudiantes es colocar límites, es decir, establecer horas para estudiar, hacer tareas, descansar y divertirse durante el día.

La psicóloga y docente concuerdan que los castigos ya no son una opción para reprender. Las nuevas técnicas son el diálogo para determinar el problema y buscar un refuerzo académico acertado.

La interacción de los alumnos en la asignatura que hay problemas reforzará el aprendizaje y despejará dudas.

La tecnología ayuda a los estudiantes a aprender, si quedaron dudas en Internet pueden encontrar talleres, videos y ejercicios que les facilitarán las tareas.