La autoexigencia frustra a los alumnos

Conseguir buenas calificaciones genera tensión y estrés en niños y
adolescentes. El miedo a fracasar vuelve agresivos a los estudiantes.
Los niños autoexigentes presentan conductas agresivas y aislantes en espacios sociales. Foto: Freepik.es

Los niños autoexigentes presentan conductas agresivas y aislantes en espacios sociales. Foto: Freepik.es

18 de abril de 2022 08:00
Darla Arevalo

La preocupación por realizar bien una tarea o tener las mejores calificaciones suele convertirse en una presión constante para niños, adolescentes y jóvenes.

La autoexigencia empieza desde los 4 años o primera infancia (hasta los 8 años), cuando llega la primera etapa escolar de los menores.

Esta característica comienza en el hogar. Los padres buscan mejorar el aprendizaje de los niños elevando el nivel de responsabilidad en las tareas escolares. Sin embargo, la exigencia se convertirá en imposición o perfeccionismo al no aceptar equivocaciones y calificaciones menores a la nota más alta.

Norma Chicaiza, parvularia del Colegio San Juan Pablo II, explica que los niños autoexigentes o demasiado responsables presentan problemas para trabajar en grupo, tensión, estrés y baja autoestima, cuando una tarea no alcanza la nota superior.

En ocasiones los estudiantes demuestran comportamientos agresivos físicos y verbales hacia sus maestros o compañeros. Prefieren trabajar solos y aislarse de presentaciones o participaciones en conjunto.

La autoexigencia no solo se evidencia en los estudios, sino que también está en la cantidad de actividades que realizan los alumnos, es decir, algunos deben cumplir con las tareas de la escuela o colegio y con los cursos extras (como idiomas, baile, fútbol, gimnasia…); para no tener un desequilibrio en las calificaciones.

La conducta se asocia al miedo. La psicóloga educativa Mónica Cobos indica que la frustración por no cumplir una tarea o no recibir un reconocimiento por maestros y padres provoca trastornos de ansiedad y depresión infantil.

¿Cómo ayudar?

En situaciones de frustración los padres deben ayudar a los menores a encontrar una solución oportuna al problema. Las herramientas tecnológicas o la guía de un profesor mejorarán el entendimiento del estudiante sin provocar estrés.

Crear un espacio de diálogo para fomentar la comunicación de los niños en emociones, miedos y gustos.

Finalmente, motivar la autoconfianza con la felicitación de tareas cumplidas. 

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