Hay una vieja historia viral, que circula cada tanto, en la que aseguran que Nicolas Cage es un vampiro. La alocada teoría conspiratoria surgió a raíz de la fotografía que un vendedor de antigüedades de Seattle subió a Ebay. La imagen de archivo histórico, tomada en 1870, muestra a un hombre asombrosamente parecido al actor.

Esta fotografía en blanco y negro es la supuesta prueba, según los internautas más imaginativos, de que Cage es un “vampiro inmortal” y que se reinventa cada 75 años para experimentar una vida diferente. Más allá de la anécdota, esta teoría conspiratoria resulta la metáfora perfecta para mostrar la fascinación que genera en la sociedad la figura del vampiro.

Y es curioso que el protagonista sea Nicolas Cage, quien encarna nuevamente a esta terrorífica criatura. Varios portales especializados en cine y algunos críticos catalogan a la recién estrenada ‘Renfield’ como la película de vampiros del año. Puede ser por su trama, con un giro diferente al contar la relación tóxica entre Drácula (Cage) y su mayordomo personal (Nicholas Hult), o por ser una comedia que parte de una historia de terror.

La idea original es de Robert Kirkman, creador de ‘The Walking Dead’. Foto: IMDb

‘Renfield’ es una muestra más de cómo puede explotarse la figura del vampiro en el cine y la televisión. Para Cage, podría ser incluso una reivindicación o el cierre de un ciclo. Hace 35 años que se estrenó ‘El Beso del Vampiro’, en la que el actor da vida a un agente literario de Nueva York muy aficionado a la vida nocturna y que cree que se ha convertido en un vampiro tras el encuentro con una misteriosa joven.

Comedia y terror

La fórmula esta vez es casi la misma que el filme de hace tres décadas aunque no tengan nada que ver: la combinación de terror y comedia. Pero hay un detalle especial, oficialmente ‘Renfield’ se plantea como una continuación de la cinta ‘Drácula’ que dirigió Tod Browning en 1931. En esa ocasión, el actor austro-húngaro Bela Lugosi interpretó al ‘Príncipe de las Tinieblas’. Este fue un papel que marcó su carrera y por el que fue muy reconocido.

Que el filme que protagoniza ahora Cage sea la secuela de ‘Drácula’, de Browning, no es una minucia. Para Rafael Barriga, cineasta y quien ha trabajado por más de dos décadas en la exhibición, curaduría y distribución cinematográfica, esta es “tal vez la más famosa de las películas de vampiros de todos los tiempos”.

La representación de Browning contrastaba con la del temible ‘Nosferatu’, de Murneau, estrenada 9 años antes, en la que se presentaba al personaje como una criatura prácticamente deforme. El vampiro interpretado por Lugosi era elegante, seductor, estilizado e introdujo la capa como parte indispensable del vestuario.

‘Drácula’ (1931). El actor Bela Lugosi en el papel del vampiro. Foto: IMDb

Nicolas Cage se emplea a fondo para que se note la conexión con el personaje de la década de los 30, explica John Tones, editor sénior, en una publicación de ‘Xataka’. El actor “imita gestos y frases, y la cinta abunda en guiños a la película muy simpáticos”.

El papel de conde Drácula es algo que había buscado Cage durante mucho tiempo, hasta que lo consiguió. Después de interpretar a este personaje afirmó, en una entrevista para ‘Los Angeles Times’, que para él, “este es un Drácula perteneciente al arte pop, que está aquí para dejar una impresión duradera”. Además, considera (y él mismo se encargó de mostrarlo cambiando ciertas frases del guion), que “está totalmente comprometido con el lado oscuro”.

Un vampiro muy humano

Así, pese a ser principalmente una comedia ‘Renfield’, no pierde los ‘destellos’ de oscuridad propios de la figura vampiresca. Esta es una forma nada más de interpretar a este personaje de la cultura popular que es icónico ya y que, pese al paso de los años, sigue funcionando, con mayor o menor éxito, para atraer a las audiencias.

“El mito del vampiro viene siendo imagino desde hace más de mil años en diferentes culturas”, destaca Barriga. Y aunque hay todo tipo de representaciones (literarias, orales, entre otras), el cine –popularizado a principios del siglo XX– resultó entonces el medio ideal para las historias de vampiros, asegura el experto.

Brad Pitt, como Louis, en ‘Entrevista con el Vampiro’ (1994). Foto: IMDb

Para Christian León, docente e investigador de la Universidad Andina Simón Bolívar, la figura del vampiro es tan fascinante “porque condensa una serie de miedos que tenemos los seres modernos a la muerte, a la animalidad, a las pasiones oscuras, que habitan en los recovecos más oscuros del ser racional”. Esto sumado a los vínculos que tienen con una serie de problemáticas en distintos momentos históricos hacen que vuelva permanentemente a las pantallas.

En el caso de ‘Renfield’ se presenta el problema de la relación tóxica (tan de moda ahora) entre jefe y empleado. La cuestión, y según esgrime Barriga, es que “todo se vale en la vampírica”. Este personaje ha podido mutar de todas las formas y modos, dice. Desde el bioquímico Morbius (de Marvel) hasta versiones sexualizadas y comedias delirantes.

León destaca que en la actualidad el vampiro –su representación– se ha humanizado. “Se ha convertido en una persona cercana (...) con la cual el público puede identificarse”, detalla. Este es un cambio fundamental, además de su carácter plural: hay personajes del tipo de distintas culturas, nacionalidades, etnias, entre otros. 

La famosa saga de ‘Crepúsculo’ apuntó al público juvenil. Foto: IMDb

Más noticias en: https://www.elcomercio.com/ultima-hora/