Cuidados tras la extracción de la vesícula biliar

La vesícula biliar es un órgano pequeño que está situado bajo el hígado. Cuando se presentan trastornos como cálculos, el mejor tratamiento es la extracción. La intervención es rápida y de bajo riesgo y requiere de cuidados sencillos en casa.
La extracción de la vesícula es una intervención sencilla, generalmente laparoscópica, que es menos agresiva. Foto: Freepik

La extracción de la vesícula es una intervención sencilla, generalmente laparoscópica, que es menos agresiva. Foto: Freepik

26 de junio de 2023 07:40
Sara Oñate

Una de las causas más comunes para la extracción de la vesícula biliar es la presencia de cálculos. Estos cálculos biliares son depósitos de materia sólida, similares a piedritas, principalmente de colesterol no disuelto en ese órgano, que está ubicado en la zona derecha del abdomen, justo debajo del hígado.

Alrededor del 80% de las personas con estos cálculos biliares no tienen ningún síntoma durante muchos años, y a veces nunca, en especial cuando permanecen dentro de la vesícula. Sin embargo, cuando se presentan algunos signos de alarma, como dolor abdominal, es necesario el tratamiento.

Hace un año, Mesías, de 72 años, sintió algunas molestias, entre ellas dolor en la parte derecha superior del abdomen y náuseas. Acudió al gastroenterólogo porque notó que estos malestares eran frecuentes.

El especialista le realizó un eco abdominal en donde observó los cálculos en la vesícula. Le dijo que debía intervenirle lo más pronto para extraer el órgano.

El gastroenterólogo del Hospital Metropolitano, Frans Serpa, señala que una vez que se forman los cálculos, difícilmente van a desaparecer, por ejemplo, con un tratamiento no quirúrgico, por lo que la mejor opción es la extracción de la vesícula.

“Lo ideal es vivir con la vesícula para que el organismo funcione normalmente, sin embargo, cuando hay cálculos biliares y empiezan a dar síntomas, puede ser más grave dejarla. Además, no se trata de un órgano vital”, recalca Frans Serpa.

El especialista agrega que se trata de una intervención sencilla, generalmente laparoscópica, que es menos agresiva, con una pronta recuperación.

Incluso, la mayoría de pacientes el mismo día ya pueden comer algo ligero. Después de una semana de la operación, la dieta prácticamente vuelve a la normalidad. “No hay mayores restricciones después de la operación”, menciona el gastroenterólogo.

En el caso de Mesías, tras la extirpación de la vesícula biliar estuvo casi un mes con heces líquidas, lo que le causó preocupación. Su médico le explicó que puede estar relacionado con la liberación de bilis directamente en los intestinos.

Además, le recomendó evitar alimentos altos en grasa durante dos semanas. También le aconsejó que aumente alimentos ricos en fibra en su dieta diaria para que las deposiciones se normalicen.

Si bien la extracción es sencilla, cuando el paciente ha dejado avanzar la enfermedad, la cirugía es más compleja. Por ello Serpa señala que apenas se identifiquen los cálculos hay que planificar la operación. F

Recomendaciones

Después de la operación se recomienda evitar los alimentos grasos y picantes por al menos una semana. Reintrodúzcalos progresivamente.

Consuma comida rica en fibra y beba abundante agua para evitar el estreñimiento. Los esfuerzos abdominales pueden desencadenar dolor en la zona de la cirugía.

Mantenga las heridas limpias y secas. No se aconseja usar jacuzzis (hidromasajes) ni nadar durante la primera semana después de la cirugía.

Acuda al médico si tiene dolor intenso en la parte superior del abdomen o en la espalda, náuseas, fiebre o color amarillo en la piel y los ojos (ictericia).

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