El segundo quimestre está por comenzar en Sierra y Amazonía. Los chicos tienen la oportunidad de mejorar sus calificaciones y terminar el año escolar de buena manera.
Este es el momento para corregir lo que hicieron mal los primeros cinco meses de clases, mejorar sus calificaciones y sobre todo aprender la materia.

Hacerlo no es tan complicado, pero requiere de esfuerzo y sobre todo de un compromiso de los estudiantes, de los padres y de los maestros.

Según Marco Morejón Moreno, rector de la Unidad Educativa Bilingüe William Caxton, los actores principales de este proceso de mejora son los chicos y sus padres, porque del hogar dependerá la aplicación de cualquier acuerdo llegado.

“La primera fuente de información debe ser el docente, porque si solo vemos la nota fría no comprendemos que detrás hay un proceso de aprendizaje que el docente llevó a cabo en tres parciales. Así no se puede ayudar a los chicos ni entender cuál es el problema real”, señaló Morejón.

Cuando un niño tiene problemas con alguna materia, las causas pueden ser muchas y temporales. Pero lo importante es descubrir lo que sucede, si se trata de un descuido o que no comprende la materia.

Al saber las causas se puede actuar de diferentes maneras. Buscar acuerdos con el colegio para profundizar la enseñanza, buscar ayuda externa de nivelación o mejorar la metodología educativa. “Una vez realizado el análisis con el profesor, se debe establecer un cronograma de intervención entre el docente y los padres para el mejoramiento. El trabajo siempre será dual: escuela-casa”, recomienda el docente.

Así, las estrategias pueden ser muchas. Desde hacer trabajos complementarios en casa hasta clases extras.

Sin embargo, lo importante es comprender que no se trata solamente de las calificaciones, sino de que su hijo haya aprendido las materias y pueda ponerlas en práctica en la vida diaria. Si tiene una falencia, en el futuro se evidenciará y eso generará más problemas.

Otra causa de unas malas calificaciones puede ser una mala relación entre el docente y el alumno o una deficiente metodología de enseñanza. Si entendemos que ninguna persona es igual a otra, será más fácil comprender que no se puede tratar a todos los alumnos de una misma forma ni obligarles a que aprendan de la misma manera.

“El maestro debe llevar un registro de los trabajos y evaluaciones del estudiante; así como mantener un permanente contacto con los padres. Pero si el alumno se siente incómodo debe haber compromiso del profesor y del chico para que no haya conflicto. Si el problema es de todo el grado, el colegio debe hacer una intervención completa para evaluar la metodología y corregir los problemas que puedan existir”, puntualizó Morejón.

Lo importante es que la preocupación por el desempeño escolar de los chicos esté siempre presente; más aún cuando se recibe el reporte de notas y estas no son buenas: se debe velar por el futuro.