Nacieron en un mundo rodeado de tecnología, computadoras, juegos de video, música en plataformas y celulares. Ellos son los nativos digitales.

Las niñas y niños que llegaron al mundo en el ‘boom’ de las nuevas tecnologías tienen una tendencia cercana a querer ser ‘youtubers’, ‘instagrammers’ o creadores de contenido. Muchos ya lo han logrado.

Y es que cuentan con el apoyo de sus papás y familia; que obvio cuidan y vigilan el desenvolvimiento de sus redes sociales. O al menos así lo han contado en varias entrevistas los padres de Ryan Kaji, un niño de 11 años que ha llegado a facturar, con su canal de YouTube, hasta USD 30 millones al año por el contenido que comparte.

Su canal en la plataforma muestra cómo el pequeño abre y descubre juguetes. Ryan’s World está pensado para niños de 2 a 6 años. El espacio es controlado y presentado por el pequeño junto a su madre, padre y sus hermanas gemelas. Por lo general, presentan tres videos a la semana.

Hiperconectados 
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Estos pequeños nativos digitales también son conocidos como la generación Alpha (nacidos a partir del 2010).

Coco pink princess es otra de las pequeñas que reina en el mundo digital. Su cuenta de Instagram tiene más de 540 000 seguidores. Es considerada como la pequeña princesa de la moda. Su mamá, en una entrevista para una revista en Tokio, expresó que la propia Coco decide sus ‘looks’. Al parecer ese olfato por la moda, su talento y creatividad es lo que más llama la atención de sus seguidores y las marcas que hoy la auspician. Y tiene apenas 10 años.

“Nosotros no queremos que trabaje aún con marcas, nos gusta que se divierta y la cuidamos”, dice respecto al tema de auspicios, Lula Villacrés, mamá de Cayetana Freire.

Les gusta mostrar sus pasatiempos, juegos y recetas. Foto Patricio Terán.

Caye es una pequeña de 7 años que ha crecido viendo a su mamá manejar su profesión de la mano de su marca personal. Esto la ha vinculado al mundo las redes sociales. “Me gusta publicar cosas de mis cumpleaños, de mis vacaciones, de mi ropa y de la cocina que me encanta”, cuenta. A la pequeña le gusta también leer, por eso pidió a sus papás ayuda para realizar un video cuando fue a comprar un libro.

Lo que más llama la atención de su personalidad es su espontaneidad y naturalidad. No le gusta que la peinen o arreglen para sus producciones; mostrarse tal cual es su ideal.

Exposición en redes sociales 

No tiene un celular personal. Su cuenta de Instagram la manejan su papá, su mamá y la agencia digital contratada para producir su contenido.

El corto período de tiempo que ella accede a su cuenta lo hace acompañada de su mamá.

Junto a la agencia digital producen dos videos a la semana. Y confiesa que se divierte mucho en las sesiones fotográficas.

“Es muy chiquita todavía”, dice Villacrés al preguntarle por la exposición de la pequeña en redes, “es todo con cuidado, que se transmita humanidad”, añadió. Además, cuenta que Caye ha crecido viéndola manejar redes, entonces “¿cómo se lo prohíbo?, dice su mamá con una sonrisa. Su anhelo de crear contenido las ha unido más, porque comparten la pre - producción y las ideas.

“Ella aún es una niña y no dimensiona lo que es ser ‘youtuber’, expresa su mamá dejando en claro que primero se debe dedicar a sus estudios.

Estos pequeños nativos digitales son los reyes de la conexión, consumen videos y música en dispositivos y por lo general su contenido es colorido, rápido y ágil. Las marcas los buscan por su frescura y para llegar a un público más amplio, pues abordan a la generación Alpha y a sus padres.
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