La ruta de Dante se encuentra en el Carchi

Este trayecto turístico ofrece al visitante el contacto directo con la naturaleza. La propuesta es una de las finalistas en los Premios Verdes 2022.
Cortesía

El área de camping que rodea al Dante campamento-mirador es extensa . El follaje ayuda a cubrir del clima frío a la zona.

28 de enero de 2022 21:45
Carolina Castillo

La Divina Comedia del Monte es una ruta turística y un camino de aprendizaje ambiental. Fue diseñada por Andrés Endara y Paola Toapanta.

Queda en Huaca, el cantón más pequeño de la provincia del Carchi. La ruta no busca mostrar los pecados como en el libro, sino motivar una reflexión sobre la apatía hacia el ambiente que ha fomentado la vida moderna.

Así como la obra literaria de Dante Alighieri, el trayecto se compone de tres paradas: el infierno, el purgatorio y el paraíso. De ahí el nombre del paseo. En cada segmento se ofrece al turista visitas a distintos sitios. La idea es que el viajero se enamore de lo que conoce para que lo cuide. Es una visión distinta del turismo, dice Endara.

El infierno
La ruta empieza en el infierno y, aunque parezca contradictorio, se trata de un recibimiento en la iglesia de la Virgen de la Purificación, patrona de Huaca, más conocida como ‘la Purita’.

Allí aparece otro recibimiento, pero gastronómico con un desayuno de campo. La razón de de que se le haya denominado infierno a esta parte del viaje es que se lo concibe como un lugar de aceptación. El turista debe tomar conciencia de dónde viene y del peso que carga por la rutina que experimentan en la ciudad.

El purgatorio
El paseo avanza hacia el Dante campamento-mirador. Con ese traslado empieza el purgatorio. El sitio es el primer establecimiento turístico en la ciudad de Huaca.

Lleva activo 6 años, pero en noviembre de 2019 obtuvo el registro del Ministerio de Turismo que lo acredita legalmente como el primer campamento turístico del Cachi.

El lugar cuenta con una hectárea y media de bosque endémico sin alterar a 3 200 m s. n. m. Tiene una cabaña con siete plazas, cocina y utensilios para preparar alimentos. 

Quienes llegan reviven la forma de vida de antaño. También cuentan con un área extensa para acampar afuera.

La cabaña está en el cerro Mirador, desde donde la vista es insuperable. Desde ahí es posible divisar parte del cordón de fuego de la Cordillera Oriental, el volcán Cayambe, el cerro Imbabura, la ‘mama’ Cotacachi y más, así como la ciudad de San Gabriel, la misma Huaca y la parroquia Julio Andrade.

Como no usan luz eléctrica, tienen noches brillantes gracias a los luceros y estrellas que divisan en el firmamento. El frío no es problema porque el follaje es espeso y cercano.

El avance hacia la montaña se torna más complejo, pero enriquecedor. Se ofrece a los viajeros una lupa para observar también a los insectos de la zona.

La explicación de lo que ven es en tono poético y se acompaña de personajes como la rana encantada, la oveja del monte, como ocurre en el libro. Así se transmite el mensaje de conservación.

Cuando llegan a los 3 600 m s. n. m. se detienen en el bosque de Guanderas que es el último remanente de Sudamérica. Es un manglar de monte, algo único, una planta centenaria que crece un metro y medio. El visitante camina bajo las raíces del árbol.

El paraíso
Si esto no es suciente para maravillar al turista, no es problema porque el recorrido todavía no finaliza. Falta el paraíso donde los paisajes propios del páramo sorprenden.

A este paraje se suma la cascada Mirador. El que quiera puede meterse al agua y nadar y el que no se atreve puede al menos quitarse las botas de caucho y mojarse los pies con el fin de purificarse, comenta Endara.

El trayecto toma aproximadamente 5 horas. No es peligroso, ni requiere un excelente estado físico, más bien las ganas de relacionarse con la naturaleza. Toapanta señala que el clima de la zona puede tornarse lluvioso, pero justamente eso es parte del atractivo. “Queremos vender la lluvia, nos sentimos orgullosos de eso”.

Agrega que cuando se cuenta con el equipo apropiado aunque caiga un aguacero es posible hacer el recorrido. Al descender, si el grupo es grande, es recibido en la cabaña con un almuerzo típico, compuesto de papas, habas, mellocos, carnes asada y sopa chorreada, un caldo típico de la zona que se prepara con harina de trigo.
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