Las plantas alegran los ambientes, dan un toque natural y los convierten en más amigables. Pero no todos tienen tiempo para cuidarlas o saben cómo hacerlo y las plantas terminan muertas al poco tiempo. Las más delicadas suelen ser las plantas que requieren condiciones específicas para poder desarrollarse, como las orquídeas. Es cierto que existen muchas variedades y unas son más sensibles que otras, pero en general se las debe cuidar más que a las demás.

¿Qué le parecería tener una orquídea perfecta toda la vida? Aunque suene imposible, ahora existen plantas naturales preservadas, que no tienen nada que ver con las artificiales.

Las flores preservadas son plantas naturales que pasaron por un proceso de tratamiento con un líquido preservante, biodegradable y hecho a base de otras plantas. Por ello no pierden su aspecto natural y se sienten muy reales al tacto, explicó Karina Miranda, socia de Lasting Bloom.

Este mismo proceso se puede realizar con cualquier ornamental. Miranda trabaja junto a su hermana Daysi y su madre Yolanda Moscoso, para desarrollar una amplia gama de plantas preservadas.

Variedades de plantas preservadas

Las bolas de musgo (izquierda) se utilizan mucho en decoración de jardines y se los puede combinar. Los bonsáis (derecha) se adaptan a todos los espacios. Fotos: Julio Estrella/ Familia

Tótem (izquierda) es un tronco ­natural en donde ­crecen algunas variedades de plantas. El Jumbo Juniperus (derecha) es una planta original de la china, muy popular en Europa. Fotos: Julio Estrella / Familia

Las plantas decorativas, como flores preservadas, requieren pocos cuidados. Foto: Julio Estrella / Familia

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Así, ahora existen bonsáis, palmas, thuja, boxus, juniperus, tenifolium, musgo y parvifolia, entre muchos otros. Cada uno tiene una característica diferente pero todos son llenos de verdor. “El verde es un color que está en tendencia. Si este se puede encontrar en plantas naturales, el impacto es mayor”, explicó Miranda.

Estas plantas son muy fáciles de cuidar, no requieren de agua, luz ni ventilación. Lo único que se requiere es que no se las moje y se las desempolve cada tres o cuatro meses, dependiendo del lugar en el que se las coloque.

Como parte de las plantas preservadas existe follaje de diferente tipo que puede ser colocado en jardines verticales. Además, se pueden crear formas en paredes o pisos con el follaje, el musgo o las flores.

Lo importante es definir el estilo que se quiere dar a la casa y a los espacios.
Una buena alternativa son los bonsáis. Estos son difíciles de preservar y requieren de una poda cada cierto tiempo por alguien entrenado para evitar dañarlo o retrasar su desarrollo.

Así, un bonsái preservado se podrá colocar en cualquier espacio, aunque no haya buena iluminación. “Muchos los colocan en estudio y hasta en decoración de baños”, finalizó Moscoso.