Un buen descanso es importante para que las personas puedan cumplir con sus actividades diarias y mantener su salud. Pero a veces las pesadillas aparecen y estas desagradables experiencias alteran el ciclo de sueño

Según el psicólogo Arturo Torres de Psicología y Mente, las pesadillas son un "estado de ansiedad y agitación que aparece en el momento de soñar". Generalmente se asocian a imágenes y sensaciones que provocan miedo y otras emociones negativas como ansiedad o tristeza y que causan la interrupción del sueño.

En la revista Psychology Today se explica que normalmente las personas sueñan durante más de dos horas por la noche y las pesadillas suelen ocurrir en las últimas horas de la fase REM (sueño de movimientos oculares rápidos). Cuando las personas se despiertan en medio de una pesadilla pueden recordar bastante bien el contenido de esos sueños. En ocasiones estas experiencias pueden causar respuestas emocionales muy fuertes como terror, ataques de pánico, taquicardia y angustia a lo largo del día.

Si bien se han realizado varios estudios sobre el sueño y sus etapas, no se ha logrado encontrar una causa determinante para que aparezcan las pesadillas. Sin embargo, los científicos han podido identificar que ciertos factores pueden contribuir a que las personas tengan malos sueños durante la noche. Entre ellas está la fiebre, estrés, problemas de salud e incluso una alimentación deficiente.

Se sabe también que las pesadillas son más frecuentes durante la niñez y adolescencia que en la vida adulta y, además, son más comunes en mujeres que en hombres. Las pesadillas pueden aumentar por experiencias traumáticas, la falta de una rutina de sueño, privación del mismo, entre otras.

Al ser experiencias negativas, los investigadores no han podido dejar de preguntarse cuál es la utilidad de las pesadillas. Según Torres, es posible que las pesadillas no tengan utilidad y que simplemente sean un rasgo de la personalidad humana que no ha sido promovida por la selección natural y que son inofensivas, por lo que los genes que las desencadenan no han desaparecido del ADN de los seres humanos.

Hay otras teorías que apuntan a que este tipo de sueños en realidad son entrenamientos mentales que buscan preparar a los individuos para lidiar con situaciones o eventos estresantes al mantener un estado de ansiedad que puede ser útil.

Cuando las personas sufren demasiadas pesadillas al punto de ver alterada su vida cotidiana es importante que busquen ayuda profesional ya que es posible que padezcan un trastorno de ansiedad de sueño. La idea es aliviar el estrés de las personas y ayudarles a superar posibles traumas que estén provocando estas experiencias. Los especialistas también buscarán explorar si algún medicamento puede estar desencadenando las pesadillas o si existe abuso de sustancias que pueda estar relacionado.

Hay algunas técnicas que los especialistas han podido identificar para ayudar a las personas que sufren pesadillas de forma constante para obtener un sueño de mejor calidad y que cumpla la función de reparador. Lo primero es mantener una rutina y horario por la mañana y la noche. Es decir, levantarse y acostarse siempre a la misma hora y tener hábitos que preparen a la mente para el descanso. Bajar la intensidad de las luces, dejar el teléfono y la televisión, bañarse y cepillarse los dientes, ponerse pijama, leer un libro, entre otras actividades pueden ser de utilidad. También sirve ambientar la habitación para que esté a una temperatura más fresca ya que el calor puede afectar la calidad del descanso.

También hay que evitar la cafeína, el alcohol y el tabaco. Tampoco se recomienda quedarse en la cama todo el día o trabajar desde este espacio pues el cerebro no podrá diferenciar la hora de trabajar de la hora de dormir. También son útiles los ejercicios de relajación y meditación como el yoga antes de acostarse.