Hay dueños de casa que aman recibir el Año Nuevo con la vivienda limpia. Es casi un ritual anual para ellos. Se toman un tiempo en medio de los ajetreos de las festividades para reorganizar los muebles, eliminar ropa y zapatos, asear la cocina, la sala y demás habitaciones. Consideran que es la forma correcta de empezar un ‘nuevo camino’. Más aún si el año anterior no fue como esperaban.

Una propuesta de limpieza que se popularizó los últimos años y que les puede ser útil a los amantes del aseo es el método Konmarie, que consiste en ordenar todo por categorías y no por lugares. Es decir, que, si se comienza por la ropa, se deben vaciar todos los muebles de casa en los que se tiene ropa, para evaluar si aún se usa o ya no y luego eliminar lo que uno ya no se pone.

Su creadora es la consultora y escritora japonesa Marie Kondo. Para ella, el orden logra felicidad. En el país nipón, el orden y la limpieza son actividades a las que se les dedica bastante tiempo. De allí también llega otra propuesta de aseo del hogar que se realiza específicamente en diciembre.

Se llama ‘oosouji’ y significa “gran limpieza”. El objetivo no solo es crear un ambiente pulcro; sino liberar tensiones, preocupación y estrés acumulado en el cuerpo a través de un espacio limpio.

María José Trujillo, sanadora pránica, indica que estas prácticas ayudan a despojarse de la acumulación de cosas dentro del hogar. El método ‘oosouji’ se realiza el 28 o 29 de diciembre. Emplea una cantidad limitada de materiales de aseo.

Trujillo explica que en Oriente es una tradición respetar la naturaleza del espacio, por lo que utilizan agua y limpiadores bajos en cloro. Más bien se usa desinfectantes naturales, como el vinagre. Un pedazo de tela es suficiente para asear las superficies sin tallarlas.

La limpieza, explica la sanadora, debe ser planificada, es decir, comprar con anterioridad los implementos de almacenaje como cajas y fundas para ubicar las cosas que se regalarán o desecharán. Con este método, las cosas tienen espacio para existir, destacarse y tener significado. Una parte importante del ‘ oosouji’ es la organización detallada de los objetos. Por eso se debe etiquetar cada caja con su diferente destino.

La costumbre japonesa evita el “por si acaso”, o sea, las cosas que se planeaba ocupar en el futuro también deben ser desechadas para conseguir armonía en todas las zonas del hogar. Sin embargo, también ofrece la posibilidad de almacenar ciertos elementos por un plazo. Si el tiempo estimado vence y no se les encuentra uso deben quitarse.

Para aplicar el método, se sugiere evitar los distractores, como celulares, tabletas o visitas, e involucrar a toda la familia enfocándose en el aquí y ahora. Una guía para realizarlo apunta a que se debe partir desde el techo hasta el piso y desde las zonas más alejadas hasta la salida principal.

En los dormitorios se inicia con la desocupación del armario y los cajones. Sigue el aseo de la pared, los compartimientos de almacenamiento, las manijas y las agarraderas. Se deben crear diferentes pilas de ropa para donar, conservar y botar.

Las ventanas y espejos tienen que ser desinfectados. En la cama se cambian las sábanas y el cobertor. El colchón se aspira o lava. Finalmente, se barre el piso. En el comedor y la sala se asean los sillones, las sillas, la mesa, los cristales, las alfombras, las lámparas y los pisos. En baños y cocina se hace de la misma manera; de arriba hacia abajo.

Los japoneses consideran el ‘oosouji’ una técnica de relajación que aporta beneficios a nivel mental. Para la cultura japonesa, deshacerse de objetos innecesarios da sensación de libertad.