¿Camino hacia el trabajo se ha percatado de que no lleva el celular o que se quedó sin batería? Una preocupación y miedo irracional empiezan a generar pensamientos obsesivos. Cuántas llamadas acaba de perder; no lograr actualizar su estado en redes sociales; no poder contactarse con ninguna persona hasta volver a casa. Estas son algunas ideas que se forman cuando esto sucede.

Según Sebastián Mera, experto en psicología social, a esta enfermedad se la conoce como nomofobia o miedo irracional a estar sin teléfono móvil. El término proviene del inglés ‘nomophobia’, no-mobile-phone (sin celular).

Este trastorno desconocido y relativamente nuevo se ha incrementado en los últimos años, sobre todo gracias al acceso a la tecnología por parte de jóvenes y adultos.

No tener el celular cerca genera una infundada sensación de incomunicación en el usuario cuando este no puede utilizarlo. Mera explica que, a pesar de poseer otros medios de comunicación e información, como el teléfono convencional o la radio, el usuario siente nerviosismo ante la falta de rapidez e inmediatez que le ofrece el teléfono móvil y la conexión instantánea a la Web.

Los principales síntomas de esta enfermedad son ansiedad, taquicardias, pensamientos obsesivos, dolor de cabeza y dolor de estómago. Quienes sufren de estos síntomas suelen ser personas inseguras y con baja autoestima.

En cuanto a la edad, la nomofobia suele darse en mayor medida en adolescentes, por el uso constante del celular, pero también puede verse en personas adultas.

Para combatir este trastorno, la revista especializada Salud Psicología recomienda establecer horarios y rutinas para el uso del celular. Separar las horas de comida, sueño y distracción con el teléfono es una ayuda. Así se puede establecer control sobre el uso de aparatos tecnológicos para que no afecte a la salud emocional.