La música y los ejercicios de respiración están ayudando a la recuperación de pacientes con covid-19, que padecen síntomas a largo plazo. Una de las instituciones pioneras en esta iniciativa es la English National Opera (ENO) de Londres, que hace unos meses creó e implementó un programa de canto, respiración y bienestar.

Un reportaje publicado por CNN señala que el programa de la ENO utiliza técnicas de canto para ayudar a los pacientes que experimentan ansiedad y dificultad para respirar e incluye sesiones grupales en línea, además de recursos digitales diseñados para impulsar a los participantes a concentrarse en su respiración.

A los usuarios se les enseña ejercicios de respiración y canto, también se les anima a practicar a su propio ritmo utilizando recursos virtuales. Entre los temas que interpretan están canciones de cuna tradicionales, que según los expertos están diseñadas para calmar a la gente.

El maestro Dante Anzolini, director musical de la Orquesta Sinfónica de Guayaquil, conoce de primera mano sobre el impacto positivo que puede tener la música en las personas enfermas. Desde el año pasado, esta institución implementó un programa que involucra a una veintena de niños de Solca, en el aprendizaje de instrumentos musicales.

A criterio de Anzolini, es importante recordar que la música activa los dos hemisferios del cerebro y que es una de las actividades más completas que existen, porque no solo sirve para trabajar el aspecto cerebral sino también el aural y el físico.

“Aprender música -dice- siempre está acompañado de una carga emocional que crea vínculos con el universo afectivo. En medio de un proceso de sanación, la música sirve para que las personas construyan una conexión con sus pequeños universos”.

El pintor ecuatoriano Marcelo Aguirre se ha dedicado durante varias décadas a la práctica del kundalini yoga. Él explica que a través de la respiración consciente las personas se ponen en contacto de forma rápida con “el aquí y el ahora”, con su cuerpo y con un estado más profundo de su ser.

Asegura también que ayuda para que el torbellino de pensamientos que a veces tienen las personas se calme, bajen la ansiedad y los niveles de estrés. “Una ­respiración larga y profunda tiene un efecto rápido en el sistema nervioso general, ayuda a oxigenar la sangre y a desintoxicar los pulmones”.