La mala audición afecta el entorno social

Conforme pasan los años es mayor la probabilidad de que una persona padezca de unproblema de audición
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Hoy existen prótesis auditivas muy eficientes y de alta calidad de sonido que mejoran la audición.

15 de mayo de 2018 15:17
Daniela Flores

Según datos proporcionados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), 360 millones de personas en todo el mundo padecen de algún tipo de sordera o baja auditiva. Sin embargo, el 50% de cualquier pérdida de audición es prevenible.

El doctor Edwin Andrade, director del instituto de audiología Proaudio, explica que los problemas de audición en su mayoría se ven determinados por la edad de cada ­paciente.
Los niños en etapa escolar son más propensos a sufrir inflamaciones o infecciones del oído. Estas patologías se derivan de inconvenientes respiratorios que involucran molestias dentro de las fosas nasales, la faringe, la cavidad oral y la nariz de los niños.
En este caso, al tratarse de pequeños, se debe realizar una medición auditiva para que el problema no se agrave ni se desarrolle.

Las consecuencias de padecer de un problema auditivo afectan principalmente a las posibilidades de comunicación en todos los pacientes. En los niños se manifestarán como dificultades en el desenvolvimiento educativo. Esto se puede evidenciar con molestias en el oído, atención dispersa, falta de capacidad de concentración y problemas de socialización con el resto de su entorno. Si nota que su pequeño no oye lo que le dice, llévelo a un experto.

En los adultos mayores o de tercera edad, hay una separación de la familia y del resto de la sociedad. El paciente se aísla, se vuelve poco sociable y hasta puede llegar a caer en depresión. El doctor asegura que todos estos problemas auditivos desembocan en el descenso de las capacidades comunicativas, lo que puede triplicar o hasta quintuplicar la aparición de trastornos de memoria, como el alzhéimer, en algún punto de sus vidas.
Las personas expuestas a ruidos suaves o intensos son propensas a tener alguna baja de audición en cierto momento. Por ello, se recomienda realizar mediciones auditivas desde el nacimiento. Los adultos mayores deben acudir a estos exámenes cada 3 o 4 años para evitar inconvenientes.

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