Las mochilas son un accesorio indispensable para los niños en este regreso a clases. Acompañan a los estudiantes durante todo el año escolar -o incluso más- por lo que deben ser resistentes, cómodas y funcionales para que los alumnos puedan llevar los materiales necesarios para cumplir con sus actividades académicas todos los días.

Si bien para los niños lo más importante será el diseño, hay otras consideraciones que los padres de familia deben tomar en cuenta en el momento de elegir la mejor opción.

Lo primero es el tamaño y peso de la mochila, estos deben ir acordes a la estatura de los niños. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el bolso no debe superar el 15% del peso del estudiante.

En Ecuador, el Ministerio de Educación emitió una regulación sobre este tema, que está en vigencia desde el año pasado. En este acuerdo se indica, por ejemplo, que los niños de 5 años no deben llevar más de 1,6 kilos de peso. Los alumnos de 10 años que cursan sexto grado de EGB no deben cargar más de 3 kilos. Los jóvenes de tercero de Bachillerato pueden llevar hasta 5,5 kilos en su mochila.

El objetivo es disminuir las lesiones musculares y articulares en la espalda. Sergio Suárez, médico pediatra, explica que se pueden presentar problemas en hombros y espalda. “Los chicos pueden tener dolores en la zona cervical y lumbar y contracturas en los músculos trapecios”, dice el especialista.

Recomienda que los padres de familia busquen accesorios con correas acolchadas y anchas, para que sean cómodas. También deberían tener un cinturón abdominal que ayuda a distribuir uniformemente el peso por todo el cuerpo.

También es importante la forma en que se lleva esta herramienta. Lo mejor es utilizar los dos hombros para no cargar todo el peso sobre un lado del cuerpo y evitar dolores. Tampoco se debe encorvar la parte superior de la espalda. La Asociación Americana de Quiropráctica dice además que la parte inferior de la mochila debe apoyarse en la zona lumbar y quedar unos 5 centímetros sobre la cintura.

Las que tienen compartimentos también ayudan a distribuir el peso de los útiles uniformemente. Se deben colocar los cuadernos y libros en la parte más grande y los esferos, marcadores, pinturas y lápices en los más pequeños.

Otra alternativa es el uso de mochilas con ruedas. Si bien estos accesorios no causan daños en la columna de los niños, también deben utilizarse con cuidado para no causar lesiones como subluxaciones del húmero al jalar el bolso escolar.

Finalmente, los expertos recomiendan a las instituciones educativas buscar alternativas para reducir el peso que llevan a diario los estudiantes. Una opción es compartir cuadernos entre dos o tres materias. También se puede hacer uso
de la tecnología para la entrega de trabajos.