Descansar adecuadamente beneficia la salud física y mental. Dormir bien, por ejemplo, relaja los músculos y articulaciones, disminuye la tensión arterial, fortalece las defensas, mejora los procesos de aprendizaje, memoria y nos devuelve recargados para cumplir con las actividades habituales.

La convivencia con la tecnología, si bien ofrece múltiples beneficios para desarrollar las actividades personales, puede ser el principal enemigo que impida disfrutar y aprovechar los tiempos libres. De ahí que las vacaciones no siempre son lo que esperamos.

Para Gabriela Castellanos, ‘coach’ de productividad, lo fundamental para descansar de verdad, en las vacaciones, es darnos el permiso de hacerlo. Por muy obvio que parezca, ella dice que es común que en nuestro entorno las personas, aun estando de vacaciones, permanezcan pendientes de sus trabajos, aunque sea desde sus teléfonos: “Ahí no estamos descansando”, concluye. Darse el permiso de descansar implica comprender que merecemos parar nuestras actividades habituales y tomarnos tiempo para nosotros.

“Cambiar de actividad ya implica descansar”, dice la ‘coach’. La idea de parar o dejar de lado nuestras actividades del día a día, por minutos (como en las pausas activas) o por un tiempo más prolongado (como en las vacaciones) es recargarnos, aunque la pandemia también ha interferido para que esto no siempre sea así.

Ante ello, la recomendación de la experta es hacer acuerdos e incluir técnicas de desconexión virtual y conexión con el tiempo presente.

Un acuerdo de desconexión virtual se debe realizar con la colaboración de todos los miembros de la familia o grupo de amigos, si fuera el caso.

Se puede acordar, por ejemplo, que durante actividades puntuales como en las comidas, no se use el celular y se motiven más conversaciones presentes. Otros acuerdos de desconexión pueden ser por espacios de tiempo.

Por su parte, para aprovechar las actividades y estar presente en cuerpo y mente, la experta recomienda el ‘mindfulness’, que consiste en meditación con varias técnicas de relajación que nos sitúan en el tiempo presente. Castellanos recomienda sentarnos en lugar cómodo y respirar de manera consciente por tres o cinco minutos.

En este tiempo hay que procurar no pensar en nada más y sentir nuestro cuerpo, desde nuestra cabeza hasta los dedos de las extremidades. Esta pequeña actividad puede ser difícil de implementar al principio, pero Castellanos dice que se debe insistir para ver los resultados.

A través de ella, le recordamos a nuestro cuerpo el lugar en donde estamos y cuáles son las sensaciones de ese momento en concreto; luego estaremos más receptivos para sentir y disfrutar del tiempo presente. Por último, para evitar que la planificación de las vacaciones sean estresantes, la experta recomienda no exceder los tiempos para decidir los sitios y actividades a realizar.

Es importante entender que si vamos en familia o grupo de amigos no es necesario que todas las actividades se hagan juntos, ya que no todos los gustos van a ser iguales. Hay que definir qué actividades sí pueden compartir y disfrutar en compañía, así como tener claro aquellos momentos o espacios que nos reconfortan en solitario.

La calidad de los momentos vividos en nuestros tiempos libres son mucho más reconfortantes que la cantidad de tiempo, explica Castellanos.