Los fines de semana son útiles para poner en práctica el ‘home brewing’ o elaboración de cerveza casera o artesanal, en español. En Ecuador, la preparación de cerveza casera ha tomado un mayor protagonismo entre los amantes de la cata y consumo de la bebida a base de malta.
En Quito, algunas casas cerveceras y expertos en la creación artesanal ofertan cursos y talleres teóricos y prácticos para participantes mayores de edad. Los talleres se llevan a cabo en las instalaciones de diferentes plantas cerveceras que se ubican en el norte, sur y los valles.
Vinicio Moya, experto en la elaboración de cerveza y tallerista, explica que todas las personas que sepan cocinar o tengan un conocimiento básico en gastronomía pueden participar en los cursos de la bebida.
Eso sí, hay que estar atentos porque las inscripciones son limitadas. De cuatro a 10 personas son el grupo ideal para mantener una clase personalizada. Otra opción que dan los talleristas a las familias es acudir hasta su hogar para crear cerveza en la casa. Aquí el aforo es de dos a tres participantes.
De 09:00 a 17:00 es el horario en el que se desarrolla el acercamiento a la cerveza artesanal. Durante este tiempo se tratará el paso a paso desde la colocación de la malta hasta la degustación de las bebidas en proceso de fermentación y el producto final ya embotellado.
El paso a paso
La cerveza necesita cuatro componentes base. El agua, la malta, la levadura y el lúpulo (saborizante). Con esos elementos se inicia la práctica. Las ollas de aluminio y baldes medianos de plástico servirán para cocinar la mezcla obtenida de los ingredientes.
Franklin Gavilanes, productor y propietario de la cervecería Holy Krank, explica que antes de empezar con la manipulación de los ingredientes, las personas deben tener una adecuada limpieza de manos, usar gorros para el cabello, mascarilla y ropa cómoda.
El primer paso es calentar el agua a 80 grados sin llegar al punto de ebullición. Las cantidades de los ingredientes dependerán del volumen de producción. De forma casera lo óptimo es de dos a tres litros.
Después se coloca una porción de semillas de malta dentro del molino y se las procesa de dos a tres minutos hasta conseguir granos quebrados.
Al tener lista la malta se coloca en la olla con el agua caliente y se deja reposar por una hora hasta que se extraigan por completo los azúcares de las semillas. En este paso el olor y el sabor propios de la cerveza empiezan a distinguirse.
Luego de la hora se realiza la filtración de los restos de las semillas. Con la ayuda de un colador de aluminio y una olla o tazón pequeño se separan los restos sólidos del líquido.
El mosto -agua azucarada obtenida en el paso anterior- se pasa a cocinar por otra hora más y se agrega el lúpulo encargado de intensificar el olor y el sabor de la cerveza. Con el líquido listo se procede a colocar la levadura encargada de la fermentación y se enfría el líquido dentro de un balde plástico a 16 grados en congeladores o refrigeradores.
El producto final (cerveza artesanal) se obtiene después de dos a tres semanas de fermentación del mosto.
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