Los arándanos son libres de grasas y sodio, no contienen colesterol y también son ricos en fibras, vitaminas y minerales. En su pequeño tamaño ya es considerado un súperalimento. Estas son algunas de las razones por las que incluso médicos lo recetan a sus pacientes, principalmente para prevenir enfermedades. 

1. Aliados en el tratamiento de infecciones

Un estudio de la Universidad de McGill y el Instituto de Investigación Científica de Montreal mostró que un extracto de arándanos puede ayudar a que los antibióticos sean más efectivos contra las bacterias. Esto sería un avance significativo en el desarrollo científico ya que uno de los retos de la medicina moderna es la resistencia a este tipo de medicamentos. 

Antiguamente se recomendaba beber jugo de arándano para tratar las infecciones urinarias o la cistitis. Luego se empezó a utilizar este alimento para prevenir este tipo de infecciones. 

En el estudio académico se verificó que bacterias capaces de producir infecciones del tracto urinario, respiratorio o gástrico como las proteus mirabilis, pseudomonas aeruginosa y escherichia coli se vuelven más sensibles frente a dosis más bajas de medicamentos y no desarrollan resistencias. 

2. Cuidan la salud cardiovascular

Otra razón para consumirlos a diario es que tiene beneficios para la salud cardiovascular. Una investigación de la Universidad de of East Anglia y la Universidad de Harvard analizó la relación entre el consumo de estas bayas con el síndrome metabólico, que aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas y que se presenta con presión arterial alta y exceso de grasa en la zona abdominal. 

El estudio mostró que consumir 150 gramos diarios de esta fruta ayuda a mejorar la función vascular y la rigidez arterial. Así lograron reducir el riesgo de tener enfermedades cardiovasculares hasta en un 15%

3. Ideales para controlar el peso

Además de su delicioso sabor, las bayas contienen muchos nutrientes y pocas calorías. 100 gramos de esta fruta aporta con 46 calorías. Por otro lado son ricos en fibra por lo que benefician a la digestión y a la eliminación de grasas del organismo. 

Se pueden consumir solos, en 'smoothies' o incluso en ensaladas. Lo ideal es acompañarlos con otros alimentos nutritivos como la chia, quinoa, avena o yogur griego. 
​