La nueva Reina de Quito se mudó desde Guayaquil para participar en el concurso.

ANA CAROLINA DEJÓ TODO PARA SER REINA

Los padres de Anita vivien en Guayaquil.Por: Nancy Verdezoto Feijóo (I)Ana Carolina Carvajal

siempre quiso trabajar por Quito. Por cuestiones laborales de su padres, ella vivía en Guayaquil con ellos y su hermano menor, pero su corazón siempre estuvo en la capital.Cuando escuchó de las inscripciones para Reina de Quito, no lo dudó. Envió por e-mail su postulación y pasó por varias entrevistas, vía Skype, hasta que le informaron que era una de las 10 candidatas para participar en el concurso. Esta decisión cambió su vida por completo. Tuvo dos días para mudarse nuevamente a Quito, por suerte sus tíos la acogieron en su casa y ahora vive con ellos.Sus tíos valoran mucho lo que ella hace y le han u00c2acolitadou00c2 en todo el proceso de preparación que conllevó la elección. Fueron días intensos, en los que se acostaba muy tarde y se levantaba antes de las 05:00,

para poder alistarse y acudir a todos los eventos programados en la agenda.Y si antes eran días sumamente ajetreados, ahora es peor. Desde que fue elegida Reina, el

23 de noviembre pasado, no ha parado ni un momento. Con la cercanía de las fiestas, los eventos no cesan y ella debe participar en todos, ahora es la imagen de la ciudad. Pero su decisión de participar en el reinado no estuvo relacionada con la fama ni la farándula, sino con su deseo de ayudar a los que más lo necesitan, a quienes viven en situación de riesgo y vulnerabilidad.Este interés por el área social lo descubrió cuando estaba en Argentina. Allí estudió Producción de Modas y obtuvo una mención en Comunicación. u00c2Conocí a Ana Torrejón, editora de la revista Harperu00c2s Bazaar Argentina y, por medio de ella, obtuve mi primer trabajo en una consultora de arte. Ellos estaban muy involucrados con

la filantropía, así que fue una

chévere experienciau00c2, contó Ana Carolina. A partir de entonces, ayudar a otros ha sido parte de su misión y es donde quiere apoyar como reina. Ella trabajará con los proyectos que lleva adelante el Patronato Municipal San José y los que se proponga la Alcaldía de Quito. Cuando termine su período se unirá a la Fundación Reina de Quito, como dicta la tradición.Es la cuarta de los cinco hijos de su padre, pero la última mujer. Para ella, su hermano, el único varón, es su adoración y ese amor se nota cuando se emociona al hablar de él. Ani, como la llaman de cariño, tiene 25 años y ya ha vivido en Argentina y en Brasil. En este último país vivió en Su00c3u00a3o Paulo y en Río de Janeiro. Trabajó en el Fashion Week de Su00c3u00a3o Paulo con dos diseñadoras. Pero el amor por su patria pudo más y decidió volver. Cuando lo hizo, supo que su familia se había mudado a Guayaquil, porque su padre, un reconocido arquitecto, construye casas prefabricadas y sus proyectos están en la Costa. Así que regresó a vivir con ellos, pero no se adaptó bien. Todo era diferente y ella quería estar en su ciudad, así que cuando tuvo la oportunidad, la aprovechó y regresó.

Su familia es uno de los pilares de su vida, su apoyo incondicional le ha permitido cumplir cada sueño que se ha propuesto. Ahora, sus metas son: dejar un legado para la ciudad, que se conozca la maravillosa misión que cumple el Patronato Municipal San José y que la gente se involucre en voluntariado. u00c2No es mi nombre el que se recordará, sino lo hechou00c2, concluyó Ana.