La inclusión, la clave para niños con down

2015-03-31 05:00:00
Gabriela Vivanco

LA INCLUSIÓN, LA CLAVE PARA NIÑOS CON DOWNEn el Centro Terapeútico Aprendiendo a Vivir, se trabaja con niños desde los 15 días de nacidos.En el Centro Terapéutico Aprendiendo a Vivir, todos comparten un sueño en común: llegar a la universidad.Aunque suene sencillo para cualquiera, para los 150 niños que acuden al Centro esto es un reto. Ellos sufren de síndrome de Down y su lucha es diaria. Deben aprender a sostener su cuerpo, a gatear, a caminar, a hablar... todo les toma un poco más de esfuerzo, porque la enfermedad hace que sus músculos sean más flácidos.Pero ellos son luchadores, cada logro que han alcanzado es un Everest y los 12 especialistas, tutores, médicos, terapistas y psicopedadogos que trabajan en el Centro están conscientes de que estos son los primeros pasos hacia una verdadera inclusión.El objetivo de la institución es lograr una verdadera inclusión social y educativa para los chicos que todos los días acuden allí. De allí que los papás cumplen un rol fundamental en este proceso. Ellos acompañan a sus hijos desde que tienen 15 días de nacidos para recibir las primeras terapias de estimulación temprana.La vinculación de las familias es importante para el desarrollo de los niños. Se trabaja con toda la familia porque a veces esta enfermedad trae consigo otras consecuencias negativas para el hogar, explicó María Teresa Donoso, presidenta del Directorio de la Fundación Reina de Quito.Los niños chiquitos van al Centro varias horas al día; luego, desde los 3 años, los pequeños van de 08:30 a 12:30. Desde los 5 años, los niños deben vincularse a la educación formal, para iniciar con su proceso educativo regular. La mayoría de ellos va a escuelas privadas y unos pocos a fiscales.Para garantizar la inclusión educativa, el Centro realiza talleres para los maestros. La idea es que ellos comprendan que los chicos pueden aprender todo lo que el currículum educativo exige, lo que varía es la metodología de enseñanza y los ritmos de aprendizaje.Para complementar este proceso, en las tardes, una vez que los chicos han salido de la escuela, van al Centro Aprendiendo a Vivir para reforzar el trabajo y apoyar en el aprendizaje del día. Este trabajo se mantendrá hasta que ellos sean bachilleres. Por el momento, dice con orgullo Donoso, uno de los chicos de la entidad cursa décimo año de educación básica y la meta es que se gradúe e ingrese a la universidad.La Fundación Reina de Quito financia el trabajo del Centro Terapéutico con aportes que recibe del Municipio (11,9% del presupuesto) y con donaciones que se obtienen de eventos benéficos, por aportes de personas que apadrinan a un niño y la autogestión.

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