EDWIN HIDALGO... LOBOMANÍALos testarudos armenios !viven!Sucedió hace unos 10 años en el centro antiguo de Jerusalén. Había visitado los barrios judío, cristiano y musulmán; me faltaba conocer el cuarto barrio: el armenio. Los armenios son cristianos, pero tienen su propia iglesia.Me topé con un seminarista que hablaba inglés perfecto. Era estadounidense de origen armenio y había venido para hacerse cura. A pesar del estereotipo que tenemos de los estadounidenses como monolingu00c3u00bces, James (Santiago) hablaba además armenio y hebreo. Aunque aún no la conocía, estaba orgulloso de la tierra de sus antepasados (Armenia, donde se posó el arca de Noé, según la Biblia). James me preguntó qué sabía yo de Armenia. Sinceramente, le dije que solo eso: que en su principal montaña, Ararat, había descansado el arca bíblica. Sentados en un poyo, donde antiguamente descansaban los arrieros de los burros, me habló de un pueblo conocido desde hace unos 2 500 años, de lengua indoeuropea y con su peculiar forma de cristianismo, tradicional pero con curas casados. Y entonces me contó una historia triste. Tú vienes de un país pacífico y quizá tus abuelos también. Pero mis abuelos, no. Los armenios somos tan testarudos como los judíos.Debimos haber desaparecido hace muchos siglos, como los judíos, y como ellos también sobrevivimos a un genocidio el siglo XX.Entre 1915 y 1917, el Gobierno turco otomano mató a dos millones de cristianos armenios. El mercenario venezolano Rafael de Nogales Méndez, oficial del Ejército otomano en la I Guerra Mundial, lo cuenta en su obra u00c2Cuatro años bajo la Media Luna'. Tras la guerra, Rafael colaboró con el revolucionario nicaragu00c3u00bcense Sandino. Prométeme que tú lo dirás al mundo. Hoy, 24 de abril, día de recordación del genocidio armenio, cumplo con esa promesa.