Cabellos que regalan felicidad a niñas con cáncer

2011-11-26 05:00:00

CABELLOS QUE REGALAN FELICIDAD A NIÑAS CON CÁNCERNo se trata solo de cabello, es un aporte al factor psicoemocional de las niñasVoces y risas de unos treinta niños rompieron el silencio de Unidad Pediátrica de la Sociedad de Lucha contra el Cáncer (Solca), en el norte de Guayaquil. La peluca número 100 de la Fundación Dibuja una Sonrisa (DUS) fue el motivo de la celebración.Sentados en sillitas plásticas disfrutaron de la décima fiesta de pelucas organizada por la agrupación la semana pasada. Una decena de voluntarios cantaron frente al público con sus ropas cubiertas de celofán en tonos brillantes. Los saltarines animadores viajaron ocho horas desde Ibarra para la celebración.Santiago Guerra, coordinador de los voluntarios, sostenía una laptop por la que transmitía en vivo lo ocurrido en el salón. Desde una cámara, ubicada en la parte superior de la pantalla, trasladaba la fiesta a la cuenta Twitter de la Fundación @dibusonrisas.u00c2u00a0El cabello negro de Guerra apenas rozaba sus hombros. Confiesa que lo está dejando crecer para donarlo. Su pelo estará listo cuando supere los 20 centímetros de largo.Para elaborar una peluca, se necesita el cabello de tres donantes y USD 80. El artesano Gerardo Tul recibe las hebras en su taller, en Quito. Con sus manos teje 9 metros de pelo y luego lo ubica en una redecilla hasta lograr un peinado femenino.Con una gorra negra tejida, Ángela Díaz cubre su cabeza. La adolescente de 14 años fue seleccionada para recibir la peluca #100 de la Fundación. Despacio rompió el papel que envolvía su nuevo cabello mientras Guerra seguía el momento con el lente de su u00c2WebCam'.De la envoltura salió una peluca morena lacia. Hace un año ella comenzó a perder sus sambos oscuros por la quimioterapia luego de que le extirparan un tumor maligno de la garganta. Esto significa algo bonito, pero a la vez no es como tu propio cabello. Aunque ya está creciendo comentó mientras sobaba las patillas que se escapaban de su sombrero.Su tía, Daisy Díaz, la acompañó a la fiesta. La peluca es una ayuda, porque así a veces le da vergu00c3u00bcenza salir de la casa, dijo. Al igual que su sobrina, cuatro niñas más recibieron pelucas durante el festejo.Nuestra próxima meta es la peluca número mil, manifestó Javier Sandoval, fundador de DUS. La idea de donar sonrisas a través de pelucas nació con el fallecimiento de su abuela por cáncer. No se trata solo de cabello, es un aporte al factor psicoemocional de las niñas, recalcó. Al final de la fiesta, los voluntarios se trasladaron al área de hospitalización. Allí, había cinco niñas más esperando recibir su peluca. Por minutos, esa área se pinto con el celofán brillante de los ibarreños.

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