El reto de la diabetes en Navidad

2010-03-26 00:00:00

EL RETO DE LA DIABETES EN NAVIDADAnte una mesa llena de tentaciones, la mesura al comer no siempre parece atractiva, pero en el caso de un diabético puede marcar la diferencia entre una celebración tranquila o un momento de malestar.Quien delire por el ponche, las hallacas, el pan de jamón y la torta negra pensará que ser diabético en diciembre representa una temporada de tortura infinita, de sufrimiento garantizado. Si ya hay quien se siente culpable por perder la figura con excesos arbitrarios, es cierto que la diabetes ofrece más y mejores razones para moderarse. Sin embargo, los especialistas que lidian con esta condición señalan que la diabetes no tiene por qué convertirse en motivo de frustración cuando toca encarar todo lo que la gastronomía navideña ofrece. El médico internista y endocrinólogo Armando Pérez Monteverde explica que lo básico es tener esta condición bajo control. La diabetes se caracteriza por niveles elevados de glucosa en la sangre que se derivan de una falla en la producción de insulina y/o de la resistencia a esta hormona. Ella es la responsable de ayudar a la glucosa a entrar a las células para que sea aprovechada como energía. Una persona con diabetes tipo 1, que es insulinodependiente porque no la produce, puede presentar problemas si no sabe cómo cuidarse o si no es consecuente con su tratamiento. Los diabéticos tipo 2 -que la producen pero no responden completamente a ella- también. De hecho, pueden necesitar una revisión de sus medicamentos si sus niveles de glicemia se descontrolan de todos modos, porque a lo mejor están necesitando insulina y no lo saben. El experto indica que una persona con el azúcar alta, que no logra metabolizarla por su condición, puede empezar a sentir más sed y a la vez orinar mucho. Si uno no está atento, son situaciones altamente riesgosas, explica. Sin embargo, señala que los antojos navideños no están vedados por completo. Un individuo que necesita inyectarse dosis de insulina podría darse ciertos gustos si planifica de antemano con su médico cuánta insulina debe recibir para procesar tal o cual cantidad de glucosa. Al mismo tiempo puede ayudarse haciendo más ejercicio durante estos días y monitoreando de cerca sus niveles de azúcar en sangre. Por eso reforzamos tanto la necesidad de educarse sobre la diabetes y nos empeñamos en que la gente se instruya con un nutricionista sobre la cantidad de grasas y carbohidratos que puede consumir. La conciencia de cuidarse a sí mismo es fundamental.Calculadora de mesa. Ante condiciones como la diabetes decimos que no existen enfermedades sino enfermos, porque cada caso es único. Por eso es fundamental que la persona vaya a un nutricionista que le enseñe a cuidar su alimentación. Incluso un individuo mayor con una diabetes bien controlada puede comer distintos platos pero en menor cantidad, haciéndose sus punciones en el dedo para monitorear la glucemia capilar si lo consideramos necesario, indica Pérez Monteverde. Para la nutricionista Luisa Alzuru, aprender a cuantificar las porciones de los carbohidratos que se consumen es una de las claves para caer con máximo decoro en la tentación. Es importante que el diabético reciba guías de cuánto puede comer para no descompensarse, sobre todo en diciembre cuando hay más platos llenos de carbohidratos y grasa. Hay cantidades óptimas de esos grupos de alimentos que cambian de persona a persona, pero a grandes rasgos un diabético bien controlado puede comer prácticamente cualquier cosa si sabe cómo se lleva esa cuenta, dice la experta. Dependiendo de sus características, uno se podría comer una hallaca pequeña del tamaño de la palma de la mano, preferiblemente con guiso de pavo o pollo, y una rueda de pan de jamón de dos dedos de grosor, por ejemplo, ilustra la nutricionista. Son preferibles las carnes blancas como pavo o pernil con poca grasa. Si uno quiere complementar ese plato con una ensalada, sería preferible que fuera de vegetales frescos como lechuga o tomate. Si quisiera comerla de gallina, tendría que saber mejor cuánto le toca, acota. Todos los cálculos que se hacen tienen que ser personalizados. Comerse 12 uvas pequeñas, por ejemplo, equivale a una ración de fruta que de por sí esa persona tiene contemplada en su dieta diaria. Alzuru recalca la necesidad de no derraparse más de la cuenta con las harinas y los dulces. Hay que mantener cierta cautela, porque son épocas en las que la gente está más dispuesta a cometer transgresiones alimenticias y hay más riesgos de presentar subidas agudas del azúcar, reconoce. Además de escoger con juicio, ejercitarse y evitar comer a deshoras para que el ritmo del metabolismo no se altere, la nutricionista recomienda evitar los excesos de alcohol, pues en el caso de un diabético, tomarse más de dos tragos o dos copas de vino puede desencadenar bajas importantes de glicemia. Ante la duda, moderarse es lo más sano.Fuente: El Nacional/GDA

Te puede interesar