El jueves 25 de noviembre de 2021 se celebró el Día de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer. Este medio de comunicación pensó en una iniciativa para que esa conmemoración tuviera un significado: creó el podcast EL COMERCIO Violeta.

Esta iniciativa periodística contó con cuatro capítulos en los que se evidenciaron las problemáticas de género que viven las mujeres.

En los capítulos del podcast se explica que en el Ecuador, en 2021, seis de cada 10 mujeres experimentaron algún tipo de violencia al menos una vez en su vida, de acuerdo con datos oficiales.

Al Servicio Integrado de Seguridad ECU-911 se han reportado 88 184 emergencias por violencia psicológica contra las mujeres o miembros del grupo familiar. También se han registrado 60 612 por violencia intrafamiliar, 22 341 por violencia física y 191 por violencia sexual contra la mujer o miembros del núcleo familiar.

Myriam Pérez, de la fundación Idea Dignidad, señala que es necesario seguir haciendo esfuerzos para erradicar la violencia. Una manera, dijo la trabajadora social, es estimulando a las mujeres a buscar protección. “Mientras haya revictimización, se obstaculiza el acceso de las mujeres a la justicia”.

La forma como se revictimiza a una persona que ha sufrido algún tipo de violencia sexual pasa desapercibida en la mayoría de casos. “¿Estás segura?”... con esa pregunta empieza la revictimización. Así lo explica Carla Patiño, de la fundación Idea Dignidad.

Por otra parte, en Ecuador más de 3 000 niñas menores de 14 años se convierten en madres, producto de violación. En su mayoría, los delitos los cometen familiares o personas del círculo cercano de las niñas (vecinos, amigos, etc.), de acuerdo con datos oficiales. Eso hace que la violencia sexual sea un secreto en la familia.

Pero la violación no es el único tipo de violencia sexual. La Organización Mundial de la Salud (OMS) la define como cualquier acto sexual, la tentativa de consumarlo u otro acto dirigido contra la sexualidad de una persona mediante coacción por otra persona, independientemente de su relación con la víctima, en cualquier ámbito.

Los abusos sexuales a niñas por parte de personas cercanas al entorno familiar llevan consigo la necesidad de ayuda profesional, tanto para la víctima como para la familia, señala la psicóloga infantil Camila Pozo. Con eso se puede evaluar e identificar de qué manera la niña está afectada.

La asistencia de las niñas a las instituciones educativas es fundamental para detectar casos de violencia, porque ellas encuentran ahí la confianza de contar lo que viven a sus profesores, psicólogos o autoridades. Eso se evidencia porque con el cierre de las escuelas por la pandemia se detectaron 1 000 casos menos que antes de ella.

Juan Enrique Quiñónez, representante a cargo de Unicef, dice que la escuela es uno de los tres entornos protectores de niñas, niños y adolescentes. Los otros son el hogar y la comunidad. Señala que son ámbitos de protección de niñas que deben ser fortalecidos y cuidados. F