La llegada de Niah le enseñó a Sharon sobre resiliencia

Sharon Cortez romantizaba con la maternidad que iba a vivir, hasta que un diagnóstico cambió su forma de vivirla y aprendió a apreciar los pequeños detalles y logros. Cada día agradece por su vida.
La pequeña cumplió en abril 2 años y para Sharon lo más importante es tener a su hija estable. Aprovecha cada minuto. Foto: Cortesía Luis Mayorga

La pequeña cumplió en abril 2 años y para Sharon lo más importante es tener a su hija estable. Aprovecha cada minuto. Foto: Cortesía Luis Mayorga

15 de mayo de 2023 08:00
Gabriela Balarezo

Lo que más le gusta hacer a Sharon Cortez desde que es mamá es despertar por las mañanas a su hija Niah, de 2 años. En realidad, para Sharon cada momento que comparte con su hija, por mínimo o simple que parezca, es un gran disfrute. Desde enseñarle sobre los animales o jugar con ella hasta hacerle cosquillas y llevarla al parque.

Durante muchos meses Sharon no pudo despertar a su hija en su cuarto como lo hace habitualmente una madre. Es que Niah ha pasado gran parte de su corta vida en hospitales por una condición médica que padece y por la que la vida de sus padres dio un giro de 180 grados.

“Disfruto del momento en que voy a levantarla y me dice ‘mamá’ porque por un año y medio casi no tuve la oportunidad; casi siempre, cuando llegaba al hospital, ella ya estaba despierta, ya la estaba cargando la enfermera. Nunca viví esa etapa bonita de despertarnos juntas. Ahora lo aprecio tanto. Voy a despertarla con amor, le canto y la cargo, le doy vueltas. Hago que desde que se despierte lo haga con una sonrisa, hasta ahora lo he cumplido un 99% de las veces”, cuenta la modelo y creadora digital.

Desde pequeña, Sharon tenía varias certezas. Sabía que al crecer quería ser modelo, que quería cocinar y ser mamá. Así que cuando ella y su esposo, Luis Mayorga, estuvieron listos emocionalmente decidieron intentarlo. Se enteró que estaba embarazada en agosto de 2020, fue un día en que se hizo la prueba a las 04:00 y ni ella ni su esposo pudieron dormir después de enterarse de la buena noticia.

“Fue una emoción tan grande”, confiesa. Salió del baño y enseguida juntos empezaron a planificar todos los detalles; tendrían que cambiarse de departamento, el color que elegirían para pintar el cuarto...

“Fue lo que siempre soñé, desde chiquita, jugaba a ser cocinera y a ser mamá”, menciona la también exconcursante de MasterChef Ecuador.

Un cambio de rumbo

Como sucede habitualmente con las mamás primerizas, Sharon romantizaba con lo que pasaría durante su maternidad. Recuerda pensar cerca de dos meses antes de que naciera Niah, que ya tenía casi listo su cuarto, también sobre la música que le pondría y la ropa con que la vestiría.

A la final, el diagnóstico que recibió su hija sin haber nacido, una compleja cardiopatía, lo cambió todo. “El momento más duro fue cuando me dijeron que en Ecuador no se podía hacer nada, aquí tiene un 30% de probabilidad de vida...”. Así, sumados a los miedos que ya de por sí tienen las madres antes del nacimiento, se sumó la incertidumbre de no saber qué pasaría con su pequeña bebé.

Tuvieron que viajar a Estados Unidos, en donde a Niah sí podían realizarle las cirugías que necesitaba; pero esto implicó que pasara prácticamente su primer año y medio de vida hospitalizada. Con recaídas y mejoras en las que podía salir a casa. Cuenta, la que se describe a sí misma como una cocinera aficionada, que prácticamente lo único que pudo utilizar de lo que tenía preparado fue la lista de canciones.

“Me tocó algo muy difícil con Niah”, reconoce Sharon. No obstante, no lo ve como una desgracia. Gracias a esa experiencia entendió el alcance de su fortaleza y lo que quería transmitirle a su hija. “Ser mamá ha significado dar lo mejor de mí, ser superfuerte y no darme por vencida”.

"Cuando eres mamá el ego o el pensar solo en ti queda de lado. Porque sientes que tu corazón late en el corazón  de tu bebé", dice Sharon. Foto: Cortesía Luis Mayorga

"Cuando eres mamá el ego o el pensar solo en ti queda de lado. Porque sientes que tu corazón late en el corazón de tu bebé", dice Sharon. Foto: Cortesía Luis Mayorga

Valorar cada pequeño detalle

El ser mamá ya de por sí implica demasiados cambios en muy poco tiempo, reconoce, y no siempre es fácil de asimilar. “Está esa batalla interna de emociones, porque tu vida es distinta, pero de una manera bonita, porque tú estás en control de que sea así, de esas emociones”, indica Sharon.

La exparticipante de MasterChef dice que también encontró fortaleza en Dios, en su esposo y en su familia. Con la llegada de Niah y su lucha por sobrevivir aprendió a valorar la vida. Cada pequeño detalle y cada pequeño logro significaban una alegría enorme, “le aplaudíamos todo”.

Mientras conversa con FAMILIA una mano pequeñita le roza la pierna y la madre le devuelve la caricia con dulzura. En los dos últimos años, su maternidad ha consistido en hacer grande hasta lo más pequeño. En transformar una habitación de hospital en un hogar, en disfrutar una salida para conocer la nieve por primera vez con un tanque de oxígeno incluido.

Ahora, poco a poco está viviendo su rol con normalidad. Está empezando a cocinar junto a Niah, como lo hacía ella con su mamá. Que para ella era su lenguaje de amor. Y también le ha tocado presenciar ya los temibles berrinches de los 2 años.

El desafío continúa para Sharon, pero siempre desde el agradecimiento por poder ver crecer a su hija.

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