No pudo haber mejor momento que el 1 de enero para que Netflix lanzara una serie como ‘A ordenar con Marie Kondo’. El inicio de año siempre es un momento para reorganizar todo: la casa, la oficina, a uno mismo. La producción acompaña a la experta organizadora profesional en la asesoría a personas y parejas que tienen dificultades con el orden de sus hogares.

No son acumuladores, se trata de personas con los problemas de cualquier familia promedio.

A través del método KonMari, les enseña a enfrentarse a ellos mismos, cuestionarse el por qué almacenar ciertas cosas y les ayuda a tomar la decisión de guardar los objetos que dan alegría y descartar aquellos que no generan este tipo de sentimientos. Para ella, la felicidad se puede encontrar en el orden. El fenómeno se convirtió en un ‘boom’. Las redes sociales estallaron con imágenes de personas doblando la ropa en forma vertical y deshaciéndose de esos artículos que ocupan espacio y no tienen uso en el hogar.

El método KonMari se basa en la organización por categorías y no por habitaciones, empezando por la ropa. Las personas deben hacer un análisis de cada una de las prendas que poseen y pensar si sienten alegría al tocarlas. Si es así, las doblan y las guardan -el tacto transmite energía positiva a las prendas, según Kondo-. Si no es así, se les agradece por llegar a su vida y se las dona o vende.

El sistema continúa bajo el mismo principio con libros, papeles y documentos, komono (bodega, baño, cocina, garaje) y, finalmente, objetos sentimentales. La idea es que poco a poco las personas puedan perfeccionar el sistema de selección de los objetos que desean conservar en sus hogares.

La clave está en ordenar en lugar de almacenar para que la casa tenga una energía positiva. Para ello intenta involucrar a todos los miembros de la familia. Cada uno debe encargarse de sus pertenencias.

La idea que Kondo transmite en la serie, así como en sus libros ‘La magia del orden’ y ‘La felicidad después del orden’ es que debemos aprender no solo a comprar cosas, sino a poseerlas y administrarlas.

El fin de la serie es que cada persona no solo realice una limpieza profunda y el resto del año siga igual. Kondo busca inculcar el hábito de valorar el orden y la organización como una forma de vivir en armonía con uno mismo y con el resto de la familia.