Por Alejandra Vélez

Nancy Andrade desarrolló durante la pandemia un rico emprendimiento. Pasteles, galletas y 'cup cakes' forman parte de las delicias que prepara.

No los hace sola. Ella trabaja con sus dos hijos. Está segura de que esta iniciativa, además de llenar de sabor a sus clientes, fortaleció la unión familiar.

Siempre le gustó la repostería. Desde joven compraba libros de recetas para preparar en casa.

Compartía con sus familiares todo lo que preparaba. Las reacciones eran “¡qué rico!”, “dame otro pedacito” o “¿cómo lo hiciste?”. Así lo recuerda ella con alegría.

No imaginó que esta afición se convertiría con los años en una fuente de ingresos. Andrade trabaja en ventas; pero la cuarentena por el Covid-19 le motivó a aprender algo nuevo. “Quería estar bien mentalmente, sentirme activa”, dice Andrade.

Se inscribió en un curso 'on line' de repostería. Su primera tarea fue preparar 'cup cakes', aunque la decoración fue complicada.

“Es una decoración muy particular, sigue adelante”, le dijo entre risas el profesor, desde México. Para algunos esta observación pudo ser motivo de desánimo, pero para Nancy fue un “vamos adelante”. 

Aunque no sabía nada de Internet, la tecnología no fue un impedimento. Su hijo Martín le ayudó.

El nacimiento del emprendimiento

Mientras Martín tomaba sus clases virtuales de Ingeniería Mecánica escuchaba también las clases de repostería que recibía su madre. Y, ¡sorpresa!, terminó aprendiendo.

Así que junto con ella iniciaron el emprendimiento familiar. Al inicio Martín tomaba las fotos de los deberes de su mamá, le ayudaba a realizar las tareas y cuando se dio cuenta, ya estaba decorando los pasteles.

Esto le ha permitido desarrollar paciencia y pulso al joven estudiante. “Fue inesperado para mí, nunca me imaginé que podría hacer esto y en la cocina pasamos lindo y juntos”, dice.

La familia y los amigos cercanos realizaron los primeros pedidos de postres. Pero, ahora los productos de este emprendimiento son solicitados por muchos.

La historia del nombre del emprendimiento

Queique, postres y tortas es el nombre de este dulce emprendimiento. ¿Por qué se llama así? La razón también proviene de una historia familiar.

Un día mientras preparaban 'cup cakes', el esposo de Nancy preguntó si podía probar uno. Le dijeron que sí. 

Tras saborearlo, solo supo decir “mmm... que rico queique (cake)”. Entre risas, Nancy y Martín decidieron que ese sería el nombre perfecto para el emprendimiento.

Sabores naturales

En este emprendimiento ningún sabor es igual a otro. El preferido de la mayoría es el de chocolate, pero la variedad es muy amplia.

También les han pedido pasteles y galletas veganas, vegetarianas, sin gluten o sin azúcar. Ellos mismos se encargan de las entregas a domicilio, por eso también coinciden en que es un emprendimiento que ha unido a la familia.

Las mermeladas y el manjar que usan para los rellenos de los pasteles son preparados por ellos mismos. Sin preservantes y con toques propios de la familia.

La mermelada de durazno, por ejemplo, es de las preferidas. Los precios de los dulces van desde USD 5.