A Nuria Estrella le preocupan las huellas que deja el ser humano en el ambiente. Por eso, cuando su esposo, el cineasta Santiago Paladines, rodó la película ‘Los Nápoles, el día en fuimos millonarios’ en Quito, ella se unió al equipo pero desde la gestión ecológica.

Nuria se especialista en medio ambiente y sostenibilidad y ha realizado varias consultorías sobre el tema. Aunque no sabe gran cosa de realización cinematográfica, conoce, por ejemplo, que la industria de Hollywood es la quinta más contaminante en el estado de California debido a todo lo que implica filmar una cinta.

Como la mayoría de equipos son desechables, al final de un día de grabaciones, quedan montañas de basura, dice Nuria. Constató el tema, cuando estudiaba su maestría en Los Ángeles y tuvo contacto con los sets de filmación por la profesión de su esposo.

Después y, tras colaborar de forma voluntaria implementado procesos ecoamigables para un cortometraje, trabajó con la empresa EcoFilms que se dedicada al cine ‘zero waste’ (residuos cero en español.)

Con ellos, aprendió la logística que puso en práctica en la cinta dirigida por Santiago. El proceso empieza con planificación y socialización con quienes forman parte del rodaje de una cinta, señala.

En el caso de ‘Los Nápoles...’, todos estuvieron dispuestos a colaborar, recuerda Nuria. Dos ingenieras ambientales y ella se encargaron de que la película dejara la menor cantidad de basura posible.

El promedio de residuos que produce una persona al día en Ecuador es entre 1,8 y 3 kg, explica, pero con su estrategia, la cantidad fue menor a 1 kg. Sumados los 30 días de rodaje, aproximadamente, evitaron que 300 kilogramos de residuos lleguen al relleno sanitario.

¿Cómo lo lograron? Entre sus estrategias estuvo el uso de vajilla de cerámica, la entrega de botellas reusables para los dispensadores de agua que había y de vasos para las bebidas calientes y la colocación de contenedores diferenciados. Su equipo era el primero en llegar y el último en irse para conseguir el objetivo que se propusieron, recuerda.