Fausto Miño capacitar es ahora su fuerte

Desde los 15 años, la pasión del ambateño Fausto Miño ha sido la música. Sin embargo, para 2021, el cantante de 41 años se planteó un objetivo más cercano al tema empresarial que al arte. Su compañía de productos naturales para el cuidado corporal y bienestar Natú cosmetic dobló su tamaño.

“Cumplí mi meta gracias a que tenemos un gran producto, pero se debe también a las capacitaciones permanentes que impulsamos y con las cuales buscamos que las personas logren resultados que antes nos parecían imposible. La mejor parte es que lo hacemos divirtiéndonos”, explica.

Las capacitaciones son realizadas por el propio cantante. La charlas tienen el objetivo de ayudar en la productividad y, para eso, Miño profundiza en temas de ventas, marketing, comportamiento humano y trabajo en equipo.

Su tarea consiste en que cada persona de una organización comprenda que el trabajo es el 70% del tiempo de vida (espacio en el que una persona está despierta), y que, por lo tanto, hay que tomarse en serio el desarrollo de la pasión por las actividades laborales diarias. ¿Cómo logras eso en una sociedad que se siente oprimida por factores familiares, financieros o políticos? “Ese es mi secreto como capacitador”, dice el cantante.

Para alivio de sus fanáticos, la música no ha quedado de lado. Grabó hace poco su nuevo videoclip. De hecho, esa fue otra de sus metas cumplidas. Para el 2022 piensa publicar cuatro canciones más. Dos de las piezas ya están terminadas y las otras dos está empezando a producirlas.

“Me encantan componer, cantar, promocionar, hacer conciertos y capacitar. Me llena el alma porque siento que ayudo mucho”. Además se convirtió en padre por segunda vez. “La vida es muy bella y además es corta, así que solo me dedico a crear y nunca a destruir.

Cumplir metas es un acto de compañerismo con Dios y con uno mismo”. Para el 2022 desea hacer dos conciertos y dos capacitaciones al mes y llevar su empresa a México y España.

Monserrath Astudillo

Monserrath Astudillo, hizo una ‘maestría
en zoom

A raíz de la pandemia el teatro se expandió hacia la virtualidad y Monserrath Astudillo continuó realizando obras online. Lograrlo fue su meta. Foto: cortesía

Para Monserrath Astudillo no hay nada como estar cerca de su público, pero la pandemia la distanció un poco de él. Ni corta ni perezosa, la actriz de cine, televisión y teatro de 46 años, se propuso hacer lo que muchos tuvieron que llevar a cabo para continuar trabajando: digitalizarse.

Presentó obras de teatro de forma virtual mientras llegaba la nueva normalidad y el chance de hacerlas nuevamente presenciales. Pese al impacto de la pandemia y al complicado proceso de adaptación teatral, el público residente en otras ciudades de Ecuador y otros países se amplió. Consiguió empatizar con el público a pesar de lo “frío” que puede resultar hablar del teatro virtual.

“Ahora puedo decir que hice una maestría en ‘zoom’ y otros medios digitales, indica contenta. El éxito de su actuación ‘online’ fue abrumador. “Llegaron a conectarse entre 300 a 400 personas por función”. Como desde marzo del 2021 se retomaron las funciones presenciales con bioseguridad y Astudillo ha llevado a cabo las obras de teatro ‘Vieja yo o millennials ustedes’ y ‘La muy señora Navidad’.

“Todo en la vida es un desafío, eso implica proponerse metas y sobre todo es una cuestión de actitud, de constancia y pasión. En realidad, son las tres reglas con las que manejo mi vida a diario”. Otra de las pasiones en la vida de Astudillo es su hijo. “Me gusta compartir los espacios en la naturaleza, viajar, explorar y conocer.

La relación junto a mi niño es llena de amor y aprendizajes para ambos”, dice la cuencana. Para el 2022, su meta es proponer un programa audiovisual, compartir sus conocimientos de teatro y viajar. 

Lorena Ballesteros, el hábito de leer ayuda a crecer

‘Aprueba de fuego’, de Javier Moro , fue uno de los primeros libros que marcaron el inicio de una meta y objetivo a cumplir. Foto: Julio Estrella / FAMILIA

Lorena Ballesteros leyó 100 libros en 2021. La escritora y periodista quiteña de 40 años se propuso sobrepasar una cifra anterior. En 2020 logró leer 45.

Su primer acercamiento con la lectura fue en su infancia, recuerda. En los esos años al llegar a la casa de su abuelo se encaminaba directo a la biblioteca. Lo mismo hacía en su casa hacia los libreros de su padre. Lo rememora con alegría. Aunque ella ama leer, su familia nunca tuvo la misma convicción. Lo cuenta entre risas.

De adolescente hizo un curso de lectura rápida junto a su mejor amiga en el colegio. Aprendió varios trucos de comprensión y entendimiento de textos. Dentro de su etapa estudiantil empezó a leer libros en inglés. El conocimiento del idioma extranjero fue gracias a la institución bilingüe a la que pertenecía.

En su lista de propósitos para el nuevo año suele incluir la lectura de dos libros por mes, hacer ejercicio, mantener una dieta saludable y visitar a amigos y familia. En el 2020, se enfocó más en la lectura a partir de marzo porque se quedó sin trabajo.

Empezó con los libros que tenía en reserva. Cuando ya se agotaban las opciones hacía intercambios de textos con amigos cercanos. Al finalizar el año se percató de que había leído 45 ejemplares en inglés y español. Así se fijó el desafío de superarse a sí misma. Si había logrado algo importante en los 365 días anteriores, por qué no batir su propio récord en un nuevo plazo.

Para el 2021, decidió ampliar la meta de lectura. Quiso leer la misma cantidad o superarla. En enero empezó con la lectura de ‘A prueba de Fuego’ ,de Javier Moro.

Lorena recomienda no hacer la lectura a solas, sino crear una comunidad de acompañamiento. Mediante la creación de una cuenta de Instagram en 2020 enfocada en la literatura (@booksbylolita) invitó a sus seguidores a participar en lecturas conjuntas.

Conforme el tiempo, siguió sumando libros en cada mes por su afianzamiento y creación de clubes de lectura con participantes nacionales e internaciones. Dentro de su hogar también practica su ‘hobbie’ con su esposo, el periodista investigativo Tomás Ciuffardi. Se trata de leer un texto cada dos meses. También lo hace con su hija Emma.

Terminó su reto de 100 libros este diciembre con ‘Canción de Navidad’ y ‘Valeria en el Espejo’.

Damián Bernal, un país en ocho días

Damián Bernal tiene una cuenta en la red social Instagram con más de 200 mil seguidores. Foto: Patricio Terán / FAMILIA

Damián Bernal, conocido como ‘El Champ’, es un ‘instagramer’ y ‘youtuber’ quiteño de 29 años que recorrió las 24 provincias del Ecuador en 52 días.

Bernal empezó su canal en YouTube en 2018. En el primer video que subió criticó el funcionamiento del sistema educativo. Le siguieron más contenidos enfocados en temas similares.

También compartió la promoción de su libro ‘Somos más que un título’ que no tuvo éxito. Una evaluación de metas debido a malos momentos familiares, económicos, educativos y personales que le incentivaron a tomar nuevas decisiones en torno a su vida.

Con más conocimientos sobre el Internet y las plataformas digitales, las temáticas de los videos que creaba empezaron a cambiar. En uno de ellos habló sobre las fiestas de Quito y fue mejor acogido por los internautas. A partir de ese momento el material audiovisual se centró en video-blogs de viajes, recomendaciones, comida y sitios para visitar dentro y fuera del país.

Bernal es un apasionado por el Ecuador. En cada una de sus travesías lleva una insignia del país. Un poncho otavaleño o su fiel acompañante ‘Raymito’, una máscara de Aya Huma van con él.

Lleno de sentimientos de emoción relata que el amor por la cultura ecuatoriana nace por su madre Marisol Flor. Ella es oriunda de Colombia pero reside en España y nunca dejó de lado las costumbres y tradiciones de su país natal.

Por tanta admiración y cariño a su país, el influencer decidió emprender una vuelta por las 24 provincias del Ecuador en su camioneta acompañado de Fernando García, editor de sus videos. Inició su viaje por el Oriente . La ruta fue escogida por la proximidad de llegada a otras provincias y regiones.

Durante el recorrido existieron varios momentos de incertidumbre y ansiedad por renunciar. Con la voz entrecortada explica que cuando se encontraba en esa región no se sentía listo para seguir por la falta de apoyo. Sin embargo, se armó de valor y continuó el viaje que se planteó a un inicio.

Entre risas y expectativa contó que la mejor experiencia vivida en el viaje fue disfrutar con su madre en Galápagos. Sostuvo que “ darle una experiencia al ser que más amas no tiene precio”.

Bernal indicó que en la vuelta fue autofinanciada y que gastó más de USD 3 000 en comida, hospedaje y gasolina.