La malnutrición infantil mina el aprendizaje

La desnutrición y la obesidad afectan el desarrollo cognitivo y provoca varios problemas de salud
La Encuesta de Salud y Nutrición 2018 muestra que el 23% de los niños menores de 5 años tienen cuadros de desnutrición crónica. Foto. Pixabay

La Encuesta de Salud y Nutrición 2018 muestra que el 23% de los niños menores de 5 años tienen cuadros de desnutrición crónica. Foto. Pixabay

24 de marzo de 2020 17:13
Gabriela Castellanos

La desnutrición crónica y la malnutrición en los niños y niñas afecta profundamente diversas áreas de su salud, afecta el desarrollo de su cerebro, mina su capacidad de aprendizaje y, en consecuencia, los deja con menos oportunidades en la vida.

Ricardo Morales, pediatra y director del posgrado de Pediatría de la Universidad Internacional del Ecuador, asegura que esto es un problema de salud pública. Este cuadro se presenta cuando los niños tiene una falta de nutrientes “no solo de la parte calórica, sino también de la parte proteica”, explica.

Esto demuestra que, en ocasiones, los niños se alimentan con muchos carbohidratos, pero que no consumen suficientes proteínas en su día a día. Esto es una malnutrición.
Morales aclara que malnutrición es la que causa que los niños no crezcan en peso y talla, como se espera. Pero también destaca que los infantes con sobrepeso u obesidad tienen también una malnutrición.

¿Pero qué pasa en los casos de niños que no crecen? Existen varias consecuencia, más allá del tema de la talla y peso.

Morales advierte que estos niños pueden tener afectación en su neurodesarrollo o cuadros de neumonía recurrentes, por mencionar algunas consecuencias negativas. A esto se suma que son individuos con las defensas bajas. Todo esto afecta a los niños, no solo en su salud física, sino también en su desarrollo cognitivo y sus capacidades de aprendizaje.

Para evitar cuadros de desnutrición o malnutrición, se debe realizar chequeos periódicos con el pediatra a fin de detectar las causas de los mismos y, de ser el caso, cambiar los hábitos alimenticios del niño o la niña. Estos chequeos también pueden detectar otras patologías que podrían influir.

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