La magia de los coros y los villancicos en Navidad

Los coros son muy antiguos y formaban parte de la tradición religiosa. Los villancicos le dieron un aire más íntimo.
Cada año, los coros se organizan para entonar las mejores versiones de las tradicionales canciones. Foto: Patricio Terán / FAMILIA

Cada año, los coros se organizan para entonar las mejores versiones de las tradicionales canciones. Foto: Patricio Terán / FAMILIA

23 de diciembre de 2019 14:31
Nancy Verdezoto

La música navideña es parte de la tradición. Los villancicos despiertan el espíritu de las festividades y alegran cualquier evento.  Esta tradición surgió en el siglo XIX, en el pueblo austríaco de Oberndorf, cuando el sacerdote Joseph Mohr descubrió que el órgano había dejado de sonar. El cura pensó en un poema que él mismo había escrito y se lo llevó a Franz Xaver Gruber, organista y director del coro, que compuso una pieza que pudiera ser entonada durante la Misa del Gallo de 1818.

Poco a poco esta canción se extendió por Europa, llegó a Estados Unidos y fue traducida a más de 300 idiomas. Así nació Noche de Paz. Muchos creen que este tipo de música nació en otra época y que tenía un sentido rural. Pero lo cierto es que estuvo siempre ligado a la Iglesia y a los cantos en latín que se respondían durante las eucaristías. Esto hacía que fueran más fáciles de recordar, pero también que llegaran a más personas.

El villancico tuvo sus equivalentes en otros países como Portugal, donde lo llaman vilancete y cantinela. En las tierras anglosajonas, donde el latín se mantuvo durante más tiempo en los géneros litúrgicos, surgieron las carols, también llamados ‘Christmas Carols’. Los franceses los llaman nöels, los italianos canzonetta di Natale y para los alemanes son Weihnachtslieder.

Asimismo, los villancicos llegaron a América y se convirtieron en “un instrumento literario y musical de conversión”. Las negrinas de Hispanoamérica son consideradas villancicos, pero que fueron protagonizados por indígenas para favorecer el proceso de evangelización.

A lo largo de la historia han ido cambiando los villancicos, para adaptarlos a la cultura popular. En cada país existen villancicos tradicionales y representan la historia y cultura de las naciones.

Uno de los cantos más conocidos en los países de habla inglesa es Joy to the World, escrito por Isaac Wats, inspirado en el salmo 98 (Cantad al Señor un cántico nuevo porque ha hecho maravillas) y cuya música se le atribuye a Federico Hendel, pues las partituras coinciden en varias partes del canto con su célebre obra ‘El Mesías’.

Cada año, los coros se organizan para entonar las mejores versiones de las tradicionales canciones. Los compositores deben hacer arreglos especiales de cada música, porque esta debe acoplarse a las distintas voces que forman parte de un coro. La magia de los coros es que cada voz debe escucharse y componer una parte de la melodía para el ensamble total.

Formar un coro lleva tiempo y requiere práctica, para poder interactuar en armonía. De hecho, existen concursos y eventos especiales en donde los coros son la cereza de pastel. Y en Navidad es cuando más interés despiertan, por la armonía y dulzura de las canciones.

Los coros de Navidad son parte importante de las novenas y de las misas dominicales. La historia de los coros se remonta a la antigua Grecia, que es donde nacieron varias de las artes. De hecho la palabra coro proviene del griego ronda y entonaban canciones para adorar a los dioses. Hoy han evolucionado muchísimo, pero mantienen su base: la armonía.

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