Isabel Canelos, una vida con sabor a pastel

Esta chef pastelera horneó su primera torta a los 8 años. Su padre era su cómplice.
La pastelería es la rama preferida de Isabel por los varios recuerdos de su niñez. Foto: Diego Pallero/ Familia

La pastelería es la rama preferida de Isabel por los varios recuerdos de su niñez. Foto: Diego Pallero/ Familia

24 de diciembre de 2021 14:00

Cuando era niña, Isabel soñaba en ser adulta y convertirse en azafata, pero ya no importa, su existir la condujo por otro horizonte y vive de lo que le gusta: la cocina. Un curso por aquí, otro por allá… le fueron dando su toque, ese que pone a los pasteles, galletas, profiteroles y demás.


Su apego a la gastronomía le creció desde la infancia. Como muchas mujeres de antaño, de niña jugaba a la comidita, con la diferencia que a los cuatro años ya cocinaba de verdad.

Dos ladrillos y unas cuantas varillas le servían para encender el fogón y colocar sobre él sus ollitas de barro. Su abuela, Blanca Luz Cortez, le dio los tips de cómo preparar arroz o sopa.

La “víctima” de sus primeros platillos fue Galo Canelos Estévez, su padre, quien, además de ser su primer comensal, se convirtió en su cómplice.

Así, echando a perder, a los ocho años de edad horneó su primer pastel y encontró buenos comentarios; fue la primera vez que algo le salió tan rico como esperaba. “Mi abuela tenía un hornito de esos antiguos, redondos, que se conectaban a la luz. Ahí comencé yo hacer pastelería”, comenta.

En el camino aprendió de todo, delicias de dulce y de sal, es una experta, sin embargo su comida favorita es “un plato de carishina”, como ella dice al referirse a la sopa de fideo de leche, la irresistible combinación que le trae de vuelta a su difunto padre.

No es que él se le aparezca cuando la come, no; pero la vida le enseñó que la comida es uno de esos vínculos irrompibles, el sabor a sopa de fideo de leche siempre le hará evocar a don Galo.

De hecho, le habría fascinado servirle a él su torta navideña de frutas, la receta que mejor le sale. Si pudiera, la compartiría con don Galo y con Cecilia Canelos (+), prima hermana de su padre a quien Isabel amaba como a una tía. “Era una mujer excepcional”, expresa.

Su pasión por cocinar la llevó a estudiar gastronomía pasados los 60; tiene 68 años y se recibió de chef hace seis años en la escuela de arte culinario ‘Gasterea’. Se especializó en pastelería, panadería y repostería.

Antes de ejercer la profesión gastronómica, optó por otros medios de vida. Dice que de joven tuvo buenos trabajos, luego se casó y se dedicó de lleno al hogar.

Separarse de su esposo fue un paso importante; le abrió nuevas perspectivas, se sintió renacer. Desde entonces ha incursionado en algunos negocios, entre ellos un taller textil que se vino abajo a raíz de la pandemia por Covid-19.

Eso la empujó a darle mayor fuerza a ‘Titis’, la pastelería online que maneja junto a Cynthia (36 años), la menor de sus tres hijas. Entre marzo y junio de 2020, ‘Titis’ expendió galletas a domicilio,

galletas para niños, hechas para que los chicos las decoren y se entretengan durante el confinamiento.

“Gracias a eso tuvimos algo de dinerito para poder tener la comida en la casa y no volvernos locas encerradas”, subraya Isabel.

Pero esta quiteña ya había pasado por momentos difíciles y siempre salió adelante, “es la mujer con el corazón más grande que vas a encontrar, una luchadora”, manifiesta Cynthia, quien revela algo que su madre prefiere omitir: Isabel tiene cáncer y diabetes, enfermedades que aprendió a combatir y sobrellevar.

Al borde de las lágrimas, pero lágrimas de admiración, la hija cuenta que cuando ella tenía 12 años vio a su madre luchar contra la discapacidad.

Aquel estado de salud se derivó de una fuerte caída que sufrió Isabel. “Yo estaba en sexto grado, justo fue en el baby shower de mi hermana. Se le reventó una hernia en un disco y se rompió unos ligamentos. Al inicio tenía mucho dolor, luego perdió la movilidad, tuvieron que operarle”, narra Cynthia.

Después de un año de rehabilitación, de crudezas y sinsabores, armada de una actitud incomparable, Isabel recuperó la movilidad.

Por todo ese acontecer, la hija agradece tener viva a su madre, a ella, que le pagó su carrera en marketing y publicidad, a través de la venta de tamales. “Haber recibido mi título de la universidad y luego mi título de la maestría, tenerle a ella frente a mí, fue el orgullo más grande de mi vida”, sonríe Cynthia.

Sobre el carácter amistoso y la habilidad para cocinar de Isabel, habla Margarita Jarrín (63 años), quien cultiva amistad con ella desde hace 42 años. Siempre ha admirado su sentido de sociabilidad, esa capacidad única de arrancar simpatías.

“En ese tiempo mi papá no se entregaba mucho a personas desconocidas y yo tampoco acostumbraba a llevar amigas a casa. A mi papá y a mis hermanos Isabel se los metió en el bolsillo”, rememora.

Eso de abrir su corazón a cualquier persona, continúa Margarita, es la virtud y el defecto que encuentra en su amiga. Le ha granjeado muchas amistades, pero, a la vez, le ha causado decepciones. “Ella es muy bondadosa, muy sana, muy generosa, siempre pensando en los demás, entrega mucho amor, se entrega sin importar lo que pase, aunque después le paguen mal”, resume.

Al referirse a la destreza que Isabel tiene para la pastelería, los recuerdos bullen en la memoria de Margarita, pero trae a colación el más importante, ese de hace 39 años, cuando Isabel le preparó el pastel para su boda, un pastel por el que, asegura, todavía preguntan algunos conocidos, pues su sabor les resulta incomparable.

Hablando de sabores, Isabel rememora también los gustos exóticos, esos que su carácter curioso le obligaron a probar: serpiente, tortuga, erizo… y hasta la chicha de yuca masticada que ingirió alguna vez en la Amazonía ecuatoriana.

Esa es ella, una mujer que baila al son que le ponga la vida, capaz de pasar metida en la cocina con tal de complacer a quienes ama, además de Cynthia, a sus otras hijas: Paola (50 años) y Mónica (49 años); a sus nietos, Mikaela (24 años), Martín (21 años) y Bruno (14 años). Y, por supuesto, también a sus yernos.

Con canciones de Juan Gabriel y Rocío Durcal de fondo, que forman parte del soundtrack de su historia, Isabel indica que sus exquisiteces se las puede pedir a través de la página de Facebook ‘Titis – postres, pasteles y galletas’.

Pastel de frutas navideño

Ingredientes:

​2 y media tazas de harina
2 tazas de azúcar
Una taza de aceite
4 huevos
3 cucharaditas de royal
Una cucharadita de sal
2 cucharaditas de canela
2 cucharadas de esencia de vainilla
Una funda de nueces
Una funda de pasas picadas
Una funda se pasas ciruelas sin pepa, picadas
Una lata de duraznos picados en cuadraditos
2 latas de piña en trocitos
4 manzanas cortadas en cubitos

Realice un postre para disfrutas en las fiestas navideñas. Foto: Diego Pallero / Familia

Realice un postre para disfrutas en las fiestas navideñas. Foto: Diego Pallero / Familia


Preparación:
​Lo primero a tomar en cuenta es que este pastel se hace a mano y con cuchara de palo.

Mezclar todos los ingredientes secos e ir añadiendo uno por uno los huevos para luego batirlos.

Agregar el aceite y continuar batiendo. Cuando esté bien mezclado, poner todas las frutas que estén picadas y añadir la esencia de vainilla.

Poner todo en un molde enmantequillado y enharinado.

Dejar hornear por una hora aproximadamente, a 180 grados (el tiempo es según el horno).

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