A Felipe Balseca le interesa el mundo de los insectos. Estos diminutos seres captaron su atención a los 3 años. A diferencia de otros niños, no les teme, más bien despiertan su curiosidad.

Quiere conocerlos mejor, aprender de ellos y cuidarlos bien. Empezó atrapando arañas medianas y guardándolas en frascos con la supervisión de sus padres.

Luego tuvo dos tarántulas. Una negra a la que nombró Halloween y una morada a la que le puso Purple Demon. Así lo recuerda ahora, que tiene 10 años. Como también es fanático de la lectura, ha investigado sobre sus pequeños amigos en enciclopedias.

Conoce su alimentación, el hábitat y lo que les causa daño. Su conocimiento se nutre también con información que ve en documentales. Ahora tiene en su hogar tarántulas, ciempiés y grillos. Su afición se amplió también a los peces y anfibios. Incluso cuida ranas.

Felipe se dedica a observar y recolectar insectos en las tardes y a veces en las noches en la casa de sus abuelos y en ocasiones en parques. Tiene una compañera de aventuras.

Se llama Carolina. Es su hermana de 8 años. El niño cuenta que antes de salir prepara su equipo de exploración. Este kit consiste en una linterna, frascos de vidrio, pajitas y bolsas.

Una vez listos, juntos se encaminan a los agujeros que ven en la tierra. No les preocupa ensuciarse. El objetivo es aprender. Los alumbra con la linterna y atrae a los insectos con la pajita. La madre de estos dos hermanos, Isabel Cerda, ha aprendido mucho sobre las especies de insectos gracias al gusto que tiene Felipe por ellos. F