La familia ha sido el soporte fundamental en el sueño de Juan Manuel Correa

El joven piloto de 21 años se alista para pariticipar en la Fórmula 3, luego de más de una año alejado de las pistas por un accidente en las pistas.
La familia de Juan Manuel Correa es muy unida. Juan Manuel es el mayor de los tres hermanos y sus padres llevan 22 años de casados.

La familia de Juan Manuel Correa es muy unida. Juan Manuel es el mayor de los tres hermanos y sus padres llevan 22 años de casados.

22 de marzo de 2021 11:35
Nancy Verdezoto

Juan Manuel Correa es el primer piloto ecuatoriano en llegar a los grandes circuitos automovilísticos del mundo. Desde que era pequeño empezó su amor por las carreras, cuando tenía 7 años entrenaba karting en la pista Dos Hemisferios de la Mitad del Mundo y eso marcó su presente.

Juan Manuel competía en la Fórmula 2 para el equipo Sauber, cuando en el 2019 tuvo un accidente que casi le cuesta la vida en el circuito belga de Spa-Francorchamps. Esto lo mantuvo alejado de las pistas por más de un año, mientras se recuperaba. “Mi familia, más allá de haber sido un apoyo incondicional, ha sido clave para que yo haya logrado volver a la pista en tan corto tiempo. Mis lesiones en las piernas resultaron en tenerme confinado a una silla de ruedas por casi un año. No podía valerme por mí solo para muchas cosas básicas. Mis papás y mis hermanos me ayudaban de una forma u otra. Eso me permitió poder avanzar en mi rehabilitación y cirugías mucho más rápido de lo que los médicos nos habían dicho que era posible”, comentó Juan Manuel en una entrevista con revista FAMILIA.

Sin embargo, la velocidad corre por sus venas y su objetivo ha sido claro, incluso aunque haya tenido que sacrificar muchísimo a lo largo de vida. “Creo que este es un tema que muy poca gente conoce o se imagina como realmente es. Como es lógico hay un sacrificio implícito para ser un atleta profesional, comida, horarios, entrenamiento, etc. Pero adicionalmente tienes sacrificios personales. Desde los 12 años yo tenía que viajar mucho para poder participar en diferentes competencias. Eso significó perder muchos días de colegio y poco a poco, como era de esperarse, desconectarme de mis amigos. También implicaba muchísimo trabajo para mantenerme al día con mis materias y deberes, ya que mis papás siempre me condicionaron a tener buenas notas si quería seguir corriendo. Yo no tengo ‘grupo de panas’ del colegio, ni anécdotas o fotos del paseo de fin de año, No tengo un recuerdo del día de graduación del colegio, ni la despida del colegio de los sextos cursos”, señaló el piloto.

Para él, su familia ha sido un pilar fundamental para perseguir sus sueños. De ellos ha dependido desde la formación hasta el apoyo emocional diario. “A los 14 años ya estaba viviendo solo en Europa y lejos de mi familia. Ahí me di cuenta lo importante que es tener un hogar, sus comodidades, y sobre todo la compañía de tu familia. Hubo muchísimos eventos familiares, chiquitos y grandes, en los cuales yo no he podido estar presente. O sea, no salgo en ninguna foto”, dijo entre risas el joven de 21 años.

Juan Manuel es un luchador, para su familia él es un chico que ha demostrado madurez e inteligencia. “Esto es algo que hemos admirado en él desde hace años atrás. Desde pequeño nos sorprendía con sus respuestas que eran de esperarse de un niño varios años mayor a él, pero no de uno de su edad. Ahora con lo del accidente estas cualidades nos han dejado más admirados que nunca. Desde el día que despertó de su coma en Londres, Juan Manuel no ha hecho más que sorprendernos con la madurez que ha tomado lo sucedido y todo este proceso. Asimilando nuevas realidades en su vida, pérdidas físicas y emocionales, y nuevos retos. Siempre con una filosofía de ‘ya pasé por lo peor, mañana solo puede ser mejor que hoy’”, señalaron sus padres Juan Carlos Correa y María del Carmen Borja.

Juan Manuel y sus padres

La profesión de Juan Manuel es muy riesgosa, toda su familia lo sabe. Los riesgos que se corren son impensables y el 31 de agosto del 2019 fue la prueba de ello. “De largo es el día más duro de nuestras vidas. Es muy difícil encontrar las palabras para poder explicar lo que vivimos en ese momento y las semanas posteriores hasta cuando finalmente estuvo fuera de peligro. No importa cuantas veces te lo has imaginado, nunca llegas a entender lo que significa enfrentar la posibilidad de perder un hijo hasta que sucede. Más allá de la angustia y preocupación del momento, lo que sentimos fue impotencia. No había nada más que hacer sino esperar que Dios y la vida nos permita volver a tener a Juan Manuel con nosotros. Y de la mano de esa impotencia vino un sentimiento enorme de humildad. Nos dimos cuenta de que en realidad no controlas nada. Por lo menos nada de lo que realmente importa en la vida, como lo es la vida de un hijo. Dios y la vida toman esas decisiones importantes por ti, no nosotros. Lo que sí está bajo nuestro control es cómo escogemos relacionarnos con nuestros seres queridos mientras tenemos la suerte de que están con nosotros. Porque tarde o temprano ese tiempo se termina”, reflexionaron los papás del piloto.

Sin embargo, Juan Manuel tiene claro su sueño y se tomó su tiempo para recuperarse de las lesiones que le dejó el accidente. Para él, fue un proceso ‘acelerado’. “Los médicos en un principio veían difícil que yo pueda volver a correr y peor en tan corto tiempo. Pero quienes conocemos este deporte y su entorno sabemos que un piloto joven, en mi situación, no puede estar alejado por mucho tiempo de las pistas y el ‘circo’ de las fórmulas junior. En ese sentido este mundo es muy ingrato. Es por eso que una vez tomada la decisión de volver a correr hice todo lo posible e imposible para no perder más que una temporada y regresar a las pistas en el 2021. Dupliqué el número de horas y días que dedicaba a mi rehabilitación, opté por incluir tratamientos experimentales como el entrar diariamente por 2 horas a una cámara hiperbárica, similar a las que usan los buzos para la descompresión de oxígeno; escogí tener una cirugía en la cual insertaron una varilla de titanio a lo largo de mi tibia derecha para así acortar en unos meses el tiempo que me faltaba para volver a caminar”, comentó.

Esto le ha permitido estar listo para regresar a las pistas y está listo para empezar en la Fórmula 3, de la mano del equipo ART. “Además de la preparación física y mental tiípica que todos los pilotos deben tener pre-temporada, yo he tenido que complementar desarrollando un programa de rehabilitación específico y que me puede acompañar durante las competencias. Mi rehabilitación aún no termina, y seguramente no terminará antes de finales del 2022”, señaló el piloto.

JM en su nueva escudería

Juan Manuel es el mayor de tres hermanos y está orgulloso de su familia, porque han sido esenciales en sus objetivos. “En muchos aspectos creo que somos la típica familia ecuatoriana que se junta mucho con los abuelos, tíos, y primos. Las navidades, Fin de Año y cumpleaños son sagrados y nunca falta el evento grande o pequeño alrededor de esas fechas. Pero por otro lado somos una familia muy diferente. Siento que al haber salido todos de Ecuador hace más de 10 años, y el estar conectados al mundo de las carreras, nos ha hecho ser más abiertos a culturas diversas”.

Su familia vivió la pandemia de una forma diferente. No solo porque todavía estaban en el proceso de recuperación de todas las cirugías y el coma por el que tuvo que pasar Juan Manuel, sino porque ese tiempo encerrados les permitió aprovechar cada momento al máximo. “Dejando de lado por un momento el enorme sufrimiento que la pandemia ha traído para muchos, nosotros, como familia le encontramos el lado positivo. Claro está que nuestra situación era muy particular. Habíamos pasado por momentos muy difíciles solo meses antes con lo del accidente de Juan Manuel; sentíamos que Dios y la vida nos habían regalado una nueva oportunidad con nuestro hijo, y de repente estábamos los cinco, todos juntos bajo el mismo techo, y no por un par de semanas como cuando Juan Manuel venía a visitarnos, ¡sino por meses! Esto no había sucedido desde que Juan Manuel se fue para Europa en 2013. Así que decidimos sacarle el jugo a la situación.
De alguna forma volviéndonos a conocer”, aseguraron sus padres.

Ahora viven una nueva etapa, sabiendo que los riesgos son muchos, pero con la convicción de que el sueño de Juan Manuel sigue intacto.

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