El día a día de la nueva soberana de la capital transcurre entre sus compromisos con la ciudad, su familia y sus estudios. Daniela Almeida Puyol, de 22 años, fue elegida Reina de Quito la noche del pasado 22 de noviembre, en el Centro de Convenciones Metropolitano.

Desde su casa, conversó con revista FAMILIA sobre sus intereses y metas con este nuevo reto. “Estoy muy emocionada con este capítulo que empieza en mi vida”, dijo.
Confesó que todavía está intentando acostumbrarse a la atención, el ajetreo y los compromisos, pero que está lista para trabajar por la ciudad y por las poblaciones vulnerables durante este año.

Daniela se preparó junto a las otras nueve candidatas durante un mes. En ese tiempo visitó a los auspiciantes, recibió clases y ‘tips’ para su desenvolvimiento en los eventos, cómo tratar con los medios de comunicación y también aprendió sobre las actividades que realiza el Patronato San José. Esta entidad se encarga de los proyectos de ayuda social del Municipio.

Entre esas iniciativas están las de desarrollo de niños y niñas, atención a personas sin hogar, erradicación del trabajo infantil, ayuda al adulto mayor, igualdad de género, atención a personas con discapacidad y proyectos juveniles.

“Yo quiero dar igual importancia a todos”, cuenta Daniela, pero asegura identificarse más con el proyecto Bájale al Acoso. Esta estrategia se inició en marzo del 2017, con el fin de habilitar mecanismos de denuncia de acoso sexual en el transporte municipal. “Soy una usuaria frecuente del transporte público y he podido presenciar” el acoso, agrega.

También le interesa involucrarse con las personas en situación de calle, los niños que se ven forzados a trabajar y personas con discapacidad. Ella espera llegar con un mensaje positivo y aportar en cada una de estas campañas.

Daniela está cursando el séptimo semestre de la carrera de Derecho y Relaciones Internacionales en la Universidad San Francisco de Quito. Sus padres, Carmen Elena Puyol y Luis Almeida, recuerdan que siempre fue muy aplicada, tanto en la escuela como en el colegio. “Siempre fue perfeccionista y trabajaba mucho para que las cosas salgan bien”. Ellos consideran que estas características le ayudarán en su nuevo rol como representante de Quito.

Disfruta el debate y la oratoria y ha participado en Modelos de Naciones Unidas, de la Unión Europea, de Unasur y de la Corte Penal Internacional. Estas experiencias le permitieron aprender a desenvolverse en público, tener más seguridad, expresar sus ideas y argumentos y buscar soluciones a problemas sociales, habilidades que espera le sean de utilidad para representar a su ciudad natal.

La joven soberana dice que no dejará la universidad. Continuará con sus estudios durante su reinado. “No me gusta dejar las cosas a la mitad. He buscado la manera de organizarme y poder llevar ambas cosas de la mano, sin descuidar mis estudios y mi compromiso con los quiteños y quiteñas”.

Su familia también la ve como una persona hogareña. Ella disfruta pasar tiempo con sus padres y su hermana Valentina, de 14 años. “Era traviesa de pequeña”, dice su madre. “Pero como cualquier niña, muy cuidadosa, siempre preocupada por el resto de personas, amante de los animales”. Tuvo perros desde los 7 años y ahora tiene una husky y una doberman pinscher, a las que les dedica tiempo, cuidados y cariño.

También es apasionada por los deportes. Fue campeona de vóley cuando estaba en primaria y también disfruta mucho del fútbol. Es hincha de Liga de Quito y va con frecuencia al estadio para alentar al equipo.

Para ella es importante dedicarse tiempo. Va al gimnasio y procura alimentarse bien. Es una forma de cuidarse y relajarse para volver a un equilibrio.