Conversar con una persona que se dedica al ‘cosplay’ es sumergirse en un mundo donde los sueños se hacen realidad. Donde un ser humano puede ser, por un instante, lo que quiere ser.

Los ‘cosplayers’ nunca han traicionado al niño que fueron. Son fieles a ese infante que buscaba una fiesta, un evento en la escuela para disfrazarse y ser feliz interpretando al personaje que admiraban.

Su inspiración eran los personajes de las tiras cómicas, las películas y la televisión. Luego vinieron los juegos de video. Cuando fueron creciendo, su afición creció con ellos.

Tomaron con mayor responsabilidad eso de caracterizar a un personaje. “Es mucho más que ponerse un traje, una peluca.

"Es asumir las características físicas y psicológicas de un personaje”, dice Xavier Vallarino. Este locutor de radio caracteriza al Joker, el enemigo de Batman, y al asesino serial Jason, el de la película ‘Martes 13’, entre otros personajes.

Luiggi Marchelle, presentador de Ecuavisa y de la cadena ESPN, explica que un ‘cosplayer’ debe estudiar a fondo los detalles del personaje que quiere interpretar. Recuerda que a los 16 años hizo su primera caracterización en serio.

“Si se trata de un superhéroe, ver si tiene algunos poderes especiales, también con los gestos y hasta la forma de caminar”, concluye el comunicador. Sus ocupaciones no le permiten dedicarse totalmente al ‘cosplay’, pero cuando decide acudir a un evento se prepara a conciencia y disfruta cada minuto de ese momento.

Como anécdota recuerda que estuvo en Tokio por motivo de los Juegos Olímpicos y que no pudo escaparse a los mercados de ‘cosplay’ de la urbe. Japón es la cuna de esta actividad, por eso asegura que tiene pendiente volver.

Guayaquil no se queda atrás. Steph Navarrete confiesa que ser ‘cosplayer’ la hace sentirse viva, además de que se divierte en el proceso. “Me gusta hacer ‘cosplay’ porque amo transformarme, meterme en la piel de otro personaje, traer la ficción a la realidad”, asegura.

Una actividad en serio

Guayaquil es una de las mayores plazas de ‘cosplayers’ del país. En cada convención o evento son cientos de personas que llegan con sus caracterizaciones.

Katherinne Sierra se define como ‘cosplayer’ de la vieja guardia. Se dedica de una forma seria e integral a esta actividad desde hace ocho años.

Esta comunicadora audiovisual graduada en la universidad confiesa que le gustaba disfrazarse desde niña. Su preferencia eran los personajes de terror como zombies, la chica de la película ‘El Aro’.

Hoy caracteriza a La Monja, protagonista de la película de terror del mismo nombre. Para lograr una similitud con el personaje utiliza una prótesis cosmética en la nariz, además de implantes dentales.

Sierra se ha tomado tan en serio su actividad que su rutina incluye jornadas en el gimnasio para tonificar su cuerpo. Ella caracteriza a la Mujer Maravilla, Gatúbela o la Batichica y necesita tener las características físicas de los personajes.

Un actividad costosa

El conseguir implementos como cascos, guantes, escudos y espadas es una de las principales trabas de los ‘cosplayers’. Algo se consigue en Colombia, el resto es habilidad de ellos o de artesanos locales que fabrican trajes o detalles de los personajes.

“Es un ‘hobbie’ muy costoso, requiere de mucho tiempo e inversión, pero también se puede ver las maneras de generar ingresos con ello para seguir financiando este arte”, afirma Navarrete. Es por esto que muchos ‘cosplayers’ buscan ingresos animando eventos, activando marcas o asistiendo a fiestas infantiles.

Sierra, por ejemplo, tiene su empresa @WonderEventosEC, donde ofrece ese tipo de servicios. Dice que la han contratado, incluso, para interpretar a personajes masculinos, como Ironman, por lo que tiene la armadura que utiliza Tony Stark.

“Cuando me piden a varios personajes, llamo a personas que hacen su trabajo de forma seria, responsable y hacemos el mejor evento”. Asegura que la actividad es lucrativa pero que antes era más.

Ahora mucha gente se ha dedicado a caracterizar personajes y ofrecer sus servicios usando disfraces básicos. “Lo nuestro va más allá de colocarse un disfraz, utilizamos cosas importadas y asumimos las características de los personajes que interpretamos”, concluye Sierra.

La recompensa

Vallarino recuerda con emoción el día en que un niño le pidió un autógrafo. Fue en una convención a la que acudió como el personaje de Jason y un pequeño, disfrazado como él, se acercó y le pidió que le firme el machete de juguete. “Es de lo mejor que me ha pasado en este mundo”, señala.

Marchelle también atesora los momentos en los que le han pedido fotos o autógrafos. Cuando utiliza casco, muchos de sus fans desconocen que es la persona que da noticias deportivas en la televisión.

A Sierra, en cambio, se le iluminan los ojos cada vez que recuerda sus anécdotas con niños. “Me dicen Mujer Maravilla, enséñame a volar”.

Finalmente, Navarrete confiesa que disfruta cada segundo en el que está dentro de su personaje. “El ‘cosplay’ me hace feliz, porque puedo ser yo. Puedo darme el permiso de ser quien yo quiera ser, sin ser juzgada por nadie”.

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