El caso de Britney Spears deja lecciones

Historia. Un relato de la artista reveló la conducta violenta a la que era sometida. Más mujeres viven situaciones similares. 
Shutterstock

El movimiento social #FreeBritney, creado por fanáticos de la cantante, amplificó la voz y el pedido de ayuda de Britney Spears.

16 de mayo de 2022 11:56
Carolina Castillo

Britney es libre. A pocos meses de cumplir 40 años puso fin al infierno que inició cuando tenía 27.


La medida legal que le otorgaba a su padre el control sobre su patrimonio fue suspendida en septiembre de 2021. La cantante lo consiguió tras hablar de la violencia que sufría bajo el arreglo legal que tenía impuesto.

Reveló a la Corte que la obligaban a trabajar, que las ganancias por su profesión eran desi­guales para ella, que se le había negado el acceso a su celular, tarjeta de crédito, licencia de conducir y pasaporte en un intento por controlarla. Calificó a la tutela de “abusiva” y solicitó que terminara.

El caso deja lecciones significativas. Una es el reconocimiento de que la artista vivía varios tipos de violencia.

Había un abuso económico, psicológico y emocional. Quien reflexiona sobre el hecho, en primer lugar, es la cantante y, por lo tanto, decide hablar, pero también ocurre en la sociedad.

El movimiento #FreeBritney es la evidencia. Los fanáticos que integraban ese colectivo amplificaron el pedido de ayuda.

“Es importante que la artista haya levantado su voz, pero es más importante lo que pasó socialmente, señala Verónica Vega, coordinadora de la organización Surkuna. Cuando ella habla, encuentra respaldo. “Es lo que debe pasar con las sobrevivientes de abuso”.

Otra clave es que Spears pide ayuda porque se identifica como víctima y cuenta lo que pasa, pero no es algo que suceda con frecuencia, porque las mujeres abusadas suelen normalizar las conductas violentas.

Prohibirle a una mujer que trabaje fuera de su casa, minimizar el esfuerzo que hace en el hogar, un reparto desigual de ganancias por sus iniciativas o sustraer sus documentos personales para quitarle autonomía es violencia.

El Estado es el responsable de entregar las herramientas para que estas formas de abuso se conozcan. De esta comprensión, pueden partir las acciones que movilicen a las víctimas a actuar.

El proceso de Spears muestra que el abusador busca tener el control para evitar que la persona sea independiente. Con la cantante era el padre, pero en otros casos es la pareja sentimental o hasta los hijos.

La tutela de Britney, señala Vega, visibiliza la desigualdad de derechos entre hombres y mujeres, y la falta de enfoque de género en la justicia.

En Ecuador, según la Encuesta de Relaciones Familiares, casi el 17% de mujeres ha vivido un tipo de violencia económica y patrimonial. Para Vega, tras la historia de Britney, la pregunta que se debería hacer es si esto le hubiera pasado a un hombre. F

Te puede interesar