Mil vidas, una lucha: el cáncer se encara en Solca

2017-03-31 05:00:00
Santiago Ponce

MIL VIDAS, UNA LUCHA: EL CÁNCER SE ENCARA EN SOLCAEn Solca, en Guayaquil, fue atendida Nathaly Sánchez, de 6 años. La acompaña su madre Marcia.Por: Mariela Rosero Ch. (I)Que el diagnóstico de cáncer no equivalga a una sentencia de muerte. Eso buscó y consiguió con su tesón y contactos el médico guayaquileño Juan Tanca Marengo, fallecido en 1965, a los 70 años.Su obra: la Sociedad de Lucha contra el Cáncer (Solca) va camino a los 66 años. Se constituyó el 7 de diciembre de 1951. Y eso marcó un antes y un después para el paciente.Sin Solca, al enterarse de que tenían la enfermedad, los pacientes iban a esperar el final de sus días, en sus casas...Así que si la lucha contra el cáncer se pudiera comparar con una guerra u00c2u0096apunta María Teresa Escobaru00c2u0096 el Instituto Oncológico Nacional Dr. Juan Tanca Marengo sería la primera línea de batalla contra la enfermedad en Ecuador.Escobar es la autora de 'Mil vidas, una lucha'. El libro, de pasta roja, es la historia de Solca y del cáncer en Ecuador, contada en 147 páginas.La edificación se levantó en 1973 y comenzó a funcionar en 1991. Pero todo empezó mucho antes. Para su hijo y sucesor, Juan Tanca Campozano, esa misión empezó a trazarse en 1946, con una cita entre su padre y George T. Pack.Pack, cirujano y oncólogo de Estados Unidos, despertó en Tanca Marengo el interés por luchar contra el cáncer.En Ecuador, esa enfermedad constituye la segunda causa de mortalidad general, después de los males cardiovasculares. En los hombres, los de mayor incidencia son los de próstata y estómago; en las mujeres, de mama y cuello de útero, según datos de la Cartera de Salud.En cualquier caso, el cáncer pone al ser humano en un cara a cara con la muerte. Escobar lo refleja con testimonios de pacientes, que permiten dimensionar esa sensación de que el tiempo se acaba. Pero que también muestran, que sí hay vida después del cáncer, si se decide dar la pelea, no rendirse.La riobambeña María Elena de Moncayo, de 65 años, le habló sobre su experiencia: un cáncer en los ovarios, que avanzó al útero. Después incluso le hallaron un nódulo en el riñón.Pese a todo, lidiar con el cáncer la ha enriquecido y le ha u00c2u00adhecho valorar el día a día, percibir la belleza en todas las cosas, en las formas, en los colores, en las sonrisas, en sus hijos, en sus nietas, en las personas que la visitan... Eso le contó a la periodista.Al comienzo no le daban muchos días de vida. Se ha sometido a ocho tratamientos de quimioterapia y estaba lista para recibir los que hicieran falta.Todavía estoy luchando. Eso le aseguró a Escobar y esa frase sintetiza lo que el doctor Juan Tanca Marengo quiso para quienes sean diagnosticados.Que no se declaren agonizantes, que batallen. Y que tengan dónde y con quiénes tratarse. Eso logró el médico. El muralista guayaquileño Jorge Swett lo resumió en el logotipo de Solca. Su dibujo, en tinta azul, retrata a un caballero matando a un dragón con una lanza.En una metáfora del hombre que pelea contra el enorme y misterioso monstruo del cáncer, se menciona en el libro.Nathaly Sánchez, de 6 años, es otra luchadora. Le detectaron leucemia linfoblástica aguda. Sus padres decidieron no bajar los brazos, pese a que no les dieron muchas esperanzas, en Babahoyo. Acudieron a Solca, en Guayaquil. Y su mamá, Marcia Morejón, reitera que no han perdido la fe: Dios y los médicos le devolverán sana a su pequeña, un día.

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