Desórdenes alimenticios en los adolescentes

2017-03-10 05:00:00
Santiago Ponce

Las terapias deben incluir sesiones familiares.DESÓRDENES ALIMENTICIOS EN LOS ADOLESCENTES

Generalmente, el tratamiento toma alrededor de un año y medio.Se suele creer que las mujeres son las únicas que cuidan su cuerpo y su peso. Y que ellas también son quienes sufren desórdenes alimenticios, pero lo cierto es que cada vez más, los hombres también se ven afectados por estos trastornos.Estos problemas suelen empezar en la adolescencia, de manera silenciosa. Se ven al espejo, observan que tienen más grasa donde no quisieran y, lo peor, se comparan con los otros. Un día deciden comer 'sano' y esa decisión suele derivar en, simplemente, no comer.Posteriormente, hay chicos que vomitan lo que han ingerido o que toman laxantes para mantener el peso 'ideal'.Lo descrito anteriormente es una patología conocida como trastornos alimenticios, que incluyen anorexia nerviosa o bulimia nerviosa. Los casos de obesidad como consecuencia de comer demasiado también son parte de esta patología.En la primera, el adolescente se resiste a tener un peso corporal normal. En cuanto a la bulimia, los jóvenes tienen episodios repetitivos de grandes comilonas, para luego vomitar.Los desórdenes alimenticios se dan porque la adolescencia es un período en que se replantea la identidad y el concepto del sujeto. Las relaciones con los pares es muy importante, por lo que se busca aceptación, la pertenencia a un grupo, explica Gabriela Betancourt, psicóloga clínica.Para la experta, es extraño ver un caso en el que el paciente no venga de una familia que se preocupa demasiado por el físico de las personas. La influencia de los medios y redes sociales es importante, pero ellos son un detonante, no la causa, señala.Los jóvenes que padecen estos trastornos muchas veces son juzgados o motivo de burla de sus propios padres. Quizá porque cuando ellos eran jóvenes, su generación no pasó por estos problemas de salud mental y física.Los jóvenes que están pasando por estos desórdenes generalmente ocultan esta situación. Sus padres deben estar atentos a síntomas como su estado de ánimo, la presencia de ansiedad, saltarse comidas, cambios extremos de peso, control de peso continuo, insomnio, piel seca, pérdida de pelo, hiperactividad o un alto interés en ejercitarse.Luego de aceptar que su hijo padece estos desórdenes, lo más importante es hacerle saber que están de su lado y que lo apoyarán en el proceso de recuperación. Aunque no hay un solo tratamiento definido, la combinación de varias terapias facilitará una completa recuperación.El acompañamiento de un psicólogo experto en estas patologías y la de un nutricionista son indispensables. En casos en los que hay riesgo de muerte, el joven debe ser internado en un centro de recuperación. Asimismo, el uso de medicamentos antidepresivos es posible, dependiendo el grado de afectación.Si los jóvenes no son tratados, además de las consecuencias en la estabilidad mental, pueden tener una serie de secuelas físicas. Las mujeres pueden perder sus períodos menstruales, desarrollar osteoporosis y problemas cardíacos.El trabajo no consiste solamente en enseñar mejores hábitos alimenticios, sino en recuperar la identidad y el replanteamiento de las relaciones familiares.Se debe?hacer énfasis en que las relaciones familiares son la base de la prevención, así los jóvenes están más protegidos ante las influencias externas.Se pueden?presentar recaídas, por ello es importante que luego del tratamiento acudan a sesiones grupales una vez al mes, para tener un mejor control.

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