Fugitivos del cielo... y prisioneros de la tierra

2010-03-18 00:00:00
Pablo Torres

FUGITIVOS DEL CIELO... Y PRISIONEROS DE LA TIERRASon personas desconocidas, seleccionadas por el azar.{loadposition ga_01}Son fotografías de personas comunes en situaciones fantásticas. Es gente de la calle, del metro, de las plazas. Son personas desconocidas, seleccionadas por el azar. Tienen problemas, alegrías, hambre, aspiraciones. Son ángeles de ciudad encerrados en jaulas de cemento. Ninguno es santo, pero son buenos a su manera.Juan Silva los fotografió en las calles de Buenos Aires. Sus amigos le ayudaron a hacer las alas. Las probó para ver cómo lucían. Pareces murciélago, le dijeron una vez; vas a salir volando, le dijo un señor con mascarilla de oxígeno. Entonces Juan hizo modificaciones: las alas ya no estarían desplegadas, quedarían mejor recogidasLuego salió a la calle a buscar quien las usara. No tardó mucho en encontrar a toda una fauna citadina dispuesta a colaborar. Para su lente posaron niños de la calle, jóvenes, ancianos, ricos, pobres, blancos, negros, punkeros, travestis, new age, seres angelicales y demoniacos. A través de sus historias, Juan comprobó que el ángel es la persona porque siempre hay alguien que nos puede ayudar cuando las cosas están mal. Todos ayudaron.Solo bastaba con sentir en la espalda el peso de las alas para que la gente se desatara: el bibliotecario se subió a la mesa, a las sillas, se lanzaba para volar. Al final, en la exposición aparece como un ángel desparramado, pasando la cruda, la vida, el olvido. Otro día fue el turno de un joven que pidió tiempo hasta estar listo para llevar las alas. Dijo que llamaría. Llamó al día siguiente muy temprano.Fueron hasta un pedestal de una estatua frente a la Embajada de Estados Unidos en Buenos Aires. El joven se trepó y Juan lo fotografió a contra luz, con los rayos del sol chocando contra su espalda. Llegó la policía. El joven pidió libertad, dijo que ellos eran los esclavos. Luego fueron a la calle Florida en donde el modelo estuvo semidesnudo con las alas puestas. La multitud pasaba a su lado sin prestarle atención. Nadie se detuvo, casi nadie miró ni se conmovió.También hay los ángeles incomprendidos, esos que la sociedad aparta. Son los travestis de los bosques de Palermo. Uno de ellos se desnudó completamente porque quería enseñar la imagen de un ángel inmaculado. La foto de pronto puede ser chocante, por eso no está en la exposición, pero trasluce el sentimiento de una persona, de su metamorfosis.TeNGA EN CUeNTAEsos son los seres de u00c2Homoángeles', ya lo dijo Julio Cortázar en u00c2Álbum con fotos': De los ángeles la cara verdaderau00c2u00a0 es un álbum que cuesta 30 francos y está lleno de caras: las verdaderas caras de los ángeles. La cara de un negrito hambriento, la cara de un cholito mendigando, un vietnamita, un argentino, un español, la cara verde del hambre verdadera de los ángeles.{loadposition vid_fc1}

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