DE LA BAQUETA A LA ESCOBILLA

2010-01-13 15:36:17
Pablo Torres

u00c2u00a0DE LA BAQUETA A LA ESCOBILLAEn los últimos años, el jazz ha recreado algunos de los grandes éxitos del rock and roll.¿Quién era la morsa de los Beatles? Es una incertidumbre... dicen que era Paul, aunque en realidad fue John, antes de ser John, tal como reza una de sus canciones. Cuando el grupo británico más famoso de la historia grababa su tema I am the walrus, escrito por John Lennon, en 1967, grabaron más que un clásico. 31 años después, Oasis incluyó este tema en su recopilatorio The Masterplan (1998), una versión en concierto en donde la extremada elaboración de la melodía original es reemplazada por la guitarra distorsionada de Noel y la siempre misteriosa voz de Liam.Siendo que los integrantes de Oasis declararon ser más grandes que Los Beatles (lo cual creaba un silogismo, ya que los u00c2escarabajos' se declararon más grandes que Jesús), era, por lo menos impensable, que versionaran al desaparecido grupo, pero lo hicieron, y esto pulsó las cuerdas de varios músicos. Un año después, en 1999, aparecía en el mercado A bite of the apple, del grupo Beatlejazz, cuyo nombre lo dice todo. En esta disco aparece nuevamente I am the walrus, en un soporte distinto. Son suficientes batería, bajo y piano dejando en claro que el jazz sí puede con los monstruos de la música.Pero este no es el primer caso en que el jazz pide prestadas canciones a los clásicos. En los albores del rock and roll, el jazz estaba suficientemente arraigado en el imaginario del pueblo, básicamente, porque es música del pueblo. Sin embargo, cuando el rock alcanzó una fuerza incontenible, tuvieron que volar algunas cabezas. La rizada cabeza del jazz cayó primero.Recluido a ciertas esferas de la población, el jazz reaccionó de una manera predecible para atraer al público: se curó del rock, con rock.Una de los primeros intentos en este sentido fue u00c2Ella', disco de 1969 hecho por la gran cantante Ella Fitzgerald, en el cual están versionadas Savoy Truffle, de George Harrison, Yellow Man, de Lennon/McCartney... aunque no deja de ser un intento tibio, ya que no se atreve a dejar su huella personal. Por lo menos, en los años posteriores a su edición, este disco fue severamente criticado.De ahí en adelante, las adaptaciones de rock al jazz llenan los catálogos de disqueras. Los hay para todos los gustos y disgustos. Por ejemplo, escuchar el disco u00c2Goodbye to romance' (Standars for a new generation), (2002), del guitarrista Alex Skolnick y su trío, deja un sabor de sin-duda-pudo-ser-mejor-pero-no-fue. Black Sabbath, The Who, Kiss y Ozzy Osbourne han sido considerados para este disco. Sin embargo, el guitarrista opta por reemplazar a la voz de las canciones originales con la pulsación de una sola cuerda de su guitarra. Aunque, si se ha de hacer justicia, la versión de Still living you, de Scorpions, y Dream on, de Aerosmith, no decepcionarán al purista del rock.Ciertamente, uno de los discos más difíciles de enfrentar es el multilaureado u00c2Dark Side of the Moon', de Pink Floyd. Reto que fue enfrentado por Sam Yahel y del cual, cualquier consideración queda a cargo del oyente.Por otro lado, asoma Gil Evans, en el disco donde se rinde un homenaje a Jimi Hendrix. (Gil Evans: u00c2Plays the Music of Jimi Hendrix', 1975). Se lo ama o se lo odia, no hay alternativa, aunque a un gran fanático del guitarrista de Seattle, posiblemente se le pasme su buena voluntad al escuchar Voodoo Chile. Caso contrario sucede con Hey Joe, tocada con sutileza por el trío conformado por Medeski, Martin y Wood. (Tonic, 2000).Es que no deja de sorprender la pasión que la nueva generación de músicos ha puesto en versionar los clásicos, la música con que ellos crecieron. Por ahí asoma Brad Mehldau y su disco Deregulating Jazz (2000), en donde asoma una adorable versión de Blackbird, del disco blanco de los Beatles. En Japón, solo con su piano tocó Paranoid Android, de Radiohead, durante 19 minutos. (Live in Tokyo, 2004).Asimismo, el bajista Avishai Cohen también ha dedicado algunas notas para incluir Come together, en u00c2Lyla', 2003.Con el mismo interés, The Bad Plus ha tocado Queen, Nirvana, Rush, Pink Floyd, Yes, David Bowie, etc...Para cerrar, es imprescindible mencionar al gran disco u00c2King Crimson Songbook Volume 1' (2005), en donde un trío de piano, batería y bajo u00c2coverea' a la mítica banda King Crimson. Las ocho pistas que contiene este CD suenan insuficientes, por eso, los fanáticos esperaron con ansias la segunda producción que salió al mercado cuatro años después.u00c2u00a0

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