Cuando se declaró la emergencia sanitaria y nos pidieron ir a casa, hubo sentimientos encontrados. Cada quien recibió de distinta forma la noticia del teletrabajo, la teleeducación y los confinamientos.

La posibilidad de retirarnos la mascarilla en lugares abiertos nos emocionó. Por casi dos años hemos tenido que llevar este accesorio para protegernos del covid-19.

Amelia y Lucas formaron un hogar y son padres de una niña. El cortometraje ‘Post Covid-19’ narra cómo la pandemia marcó a esta familia; los recuerdos y temores, la vida y la lucha de los que se quedan. El filme se estrenó el 22 de febrero, en el canal de YouTube de la productora Efecto Fi.

Tras dos años de pandemia, la salud mental de las personas vuelve a ser golpeada por el aparecimiento de la variante Ómicron. A pesar de las vacunas, diciembre de 2021 se vivió con otras restricciones para frenar la infección con la nueva cepa que los especialistas señalan es menos letal, pero más contagiosa.

Cinco ilustraciones juntan las leyendas tradicionales de Quito para recordarnos las medidas de bioseguridad. Son parte de la campaña #LaPandemiaNoEsLeyenda que presenta Grupo EL COMERCIO a sus lectores.

En tiempo de pandemia y crisis económica el dinero no sobra a las familias para adquirir medicamentos costosos. Menos mal existen fármacos genéricos, “que fueron desarrollados para tener los mismas características y calidad del medicamento de marca”, expresa el médico epidemiólogo Luis Guillermo Jiménez.

Se trata de un fenómeno que viene de la crisis financiera, agravada por la pandemia. La falta de empleo y los costos de establecer sus propios hogares hacen que los jóvenes no puedan -aunque quieran- salir de la casa de sus padres. Los muchachos sufren las tasas de desempleo más altas y ganan los salarios más bajos, lo que agrava el problema. Además, el precio de una vivienda o de un arriendo es alto en comparación con los posibles ingresos económicos.

La pandemia causada por el covid-19 ha influido en las tendencias de armazones de lentes y gafas. Las formas amplias que protegen la mayor cantidad del rostro y evitan el ingreso del nuevo coronavirus a los ojos están entre lo más demandado de los últimos meses.

A lo largo de la pandemia del covid-19, el uso obligatorio de mascarillas ha venido con nuevas necesidades. ¿En dónde colocarla a la hora de la comida? ¿cómo almacenarla? ¿cómo proteger la piel de la abrasión de los materiales de los que están hechas?

A lo largo de este año de pandemia, muchas personas han acudido a estudios de tatuaje para plasmar sobre su piel las experiencias o enseñanzas que les ha dejado la crisis sanitaria. Y si bien expresarse es necesario, es importante hacerlo bajo medidas de salubridad, más en estos días de covid-19.

Hace un año Ecuador declaró la pandemia. Era oficial, el coronavirus había llegado al país y rápidamente los casos empezaron a multiplicarse. De la noche a la mañana, la vida cambiaría para siempre; lo que al inicio comenzó como una idea lejana de lo que sería el confinamiento, ahora es una realidad que no tiene fecha de finalización. Poco a poco nos hemos acostumbrado a vivir de una manera muy distinta y los efectos en la salud mental empiezan a evidenciarse. Los niños van un año recibiendo clases en sus casas, aprendiendo con limitaciones indescriptibles y perdiendo cualquier forma de socialización. Los adultos mayores, encerrados por temor a ser las siguientes víctimas del virus, cayendo en depresión porque no pueden ver a sus hijos o nietos; y los jóvenes, con miedo a lo que les depara el futuro. Sin embargo, también hemos visto cómo la inconsciencia de algunos ha provocado la muerte de sus seres queridos, cómo los hospitales se llenan al punto de colapso y la inoperancia estatal h

Desde que estalló la crisis sanitaria en marzo del 2020, el mundo no ha parado de contar cuántos nuevos contagios hay al día y cuántas víctimas ha cobrado el virus. Desde el inicio también se ha hablado sobre una posible cura y cuándo podría llegar una vacuna a dar tregua a los sistemas sanitarios del mundo.

Las circunstancias particulares que vive el mundo desde el inicio de la pandemia del covid-19 han llevado a los científicos e investigadores a estudiar los efectos de la cuarentena en casi todos los aspectos de la vida de las personas. Una de las áreas que más ha llamado la atención es la que se refiere a las consecuencias del confinamiento en los niños y su desarrollo.

Una encuesta mostró que los hábitos alimenticios en los ecuatorianos cambiaron durante la pandemia. La investigación identificó que la población adoptó una nutrición más balanceada y equilibrada durante los meses de cuarentena por la pandemia del covid-19.

El 2020 sorprendió al mundo con una pandemia que se globalizó rápidamente. El covid-19 puso en alerta a los sistemas sanitarios de todos los países por un virus desconocido que empezó a causar afecciones respiratorias en la población. El SARS-Cov2, que se originó en Wuhan (China), se extendió rápidamente a Europa y luego a América causando, hasta la fecha, más de 1 millón de muertes.

Y así, sin darnos cuenta, llegó septiembre. El noveno mes del año, que esta vez ha sido para el olvido. El 2020 nos golpeó de tantas maneras que es difícil imaginar cómo será el siguiente. Las vacaciones terminaron en un abrir y cerrar de ojos, con la mayoría de personas encerradas en sus casas, con muchos negocios quebrados y con las maravillas turísticas del país abandonadas. Ahora nos enfrentamos al último trimestre del año y hay que agradecer porque seguimos aquí y el virus no nos ha quitado la vida; pero también hay que encontrar la manera de salir adelante, de emprender, de creer en el país y de apostarle para sacarlo adelante. Se acercan las elecciones y es momento de pensar por una alternativa política que realmente pueda sacarnos del hueco en el que estamos como país; recordar que la corrupción se ha llevado todo y es momento de decir: ‘¡No más!’. Ahora es cuando, como ciudadanos, debemos reflexionar en lo que queremos para el país, ya sufrimos paralizaciones, huelgas, pandemi

Los efectos de la pandemia del covid-19 han abarcado desde el área económica hasta la parte emocional de las personas. Cientos de miles de individuos en el mundo perdieron a seres queridos, perdieron sus empleos y sus rutinas. Por si fuera poco, los cambios están lejos de terminarse y los especialistas creen que las personas deberán adaptarse a una nueva forma de vivir durante los próximos años.

A casi cinco meses del inicio de la cuarentena en Ecuador y aún con algunas restricciones, la vida no ha retornado a lo habitual. De hecho, las autoridades han sido claras en asegurar que de ahora en adelante se vivirá una 'nueva normalidad'. De todas formas, la movilidad es más sencilla y hay más lugares abiertos. Pero aún así hay quienes prefieren seguir confinados.

La pandemia del covid-19 tuvo un impacto en muchas relaciones tanto de pareja como familiares. El tiempo de cuarentena obligó a millones de personas a permanecer en confinamiento 24 horas al día. De repente las personas tenían que compartir todo el día juntos y esto también causó efectos en cómo se manejaban las dinámicas de convivencia.

Como padres queremos que nuestros hijos tengan lo mejor, que cumplan con todos sus sueños y metas. Nos esforzamos y sacrificamos por hacer todo lo posible para garantizar su presente y su futuro. En épocas de pandemia, es inevitable cuestionarnos sobre la vida que les espera a nuestros hijos. Este virus no solo nos ha golpeado en la salud, sino también en lo económico y muchos padres han tenido que tomar la decisión de cambiar de colegio a sus hijos o de optar por la opción de ‘home- schooling’; que requiere de gran dedicación tanto de padres como de hijos. Es muy duro optar por cualquiera de estas opciones, porque no es algo que hubiéramos imaginado, sobre todo cuando la vida de los chicos transcurre en los colegios; pero este difícil paso les enseñará resiliencia, a sobrellevar las vicisitudes y a superar los obstáculos. Un conocido refrán dice “hay que estirar los pies hasta donde dan las sábanas” y si la crisis económica ha afectado el hogar, los gastos se deben reducir, a pesar de