Los hermanastros pueden volverse los mejores amigos. Así, por lo menos, afirma la psicóloga general Pamela Calderón.

La llegada de un bebé puede generar mucha ilusión en la familia, pero también requiere de un proceso de adaptación. Esto es aún más necesario cuando hay otros niños pequeños en casa. De hecho, varios estudios han mostrado que en general todos los niños atraviesan un proceso de ajuste cuando llega un bebé, pero que las relaciones entre hermanos se desarrollan cuando el nuevo integrante cumple alrededor de 14 meses de vida.

La relación entre hermanos es única. Hay cariño y complicidad pero no está exenta de conflictos y competencia. Generalmente los hermanos son los primeros amigos de los hijos y con ellos aprenden a socializar, compartir y convivir. Pero también aparecen sentimientos como la rivalidad y los celos.

Los celos entre hermanos son una reacción natural, pueden aparecer en cualquier edad y solo necesitan un ingrediente: el miedo a perder.