La salud mental afecta a la función intestinal

Los episodios de estrés, ansiedad y depresión son también causas del síndrome del intestino irritable. La patología se presenta con dolor abdominal e hinchazón estomacal.
El dolor abdominal, cambios en las heces y problemas de evacuación son la sintomatología general de la afectación al intestino. Foto: Freepik

El dolor abdominal, cambios en las heces y problemas de evacuación son la sintomatología general de la afectación al intestino. Foto: Freepik

26 de septiembre de 2022 08:40
Darla Arevalo

El síndrome del intestino o colon irritable puede aparecer en personas de todas las edades que están sometidas a una constante carga de presión y estrés. Se presenta con dolor abdominal y problemas de diarrea o estreñimiento.

Verónica, de 33 años, fue diagnosticada con colon irritable hace seis años. Ella trabajaba como mediadora legal en audiencias. Además fumaba.

Al finalizar los casos consumía un cigarrillo para disipar el estrés. Aunque dejó de fumar para buscar embarazarse, la rutina causaba un gran desgaste y empezó a presentar problemas de estreñimiento, cólicos intestinales, hinchazón y gases. Acudió a un especialista que le diagnosticó el síndrome.

Su tratamiento empezó con fármacos y tuvo que incluir fibra natural en su dieta diaria; sin embargo, no tuvo resultados. En la búsqueda para mejorar los síntomas decidió escuchar a su cuerpo y verificar los momentos en los que se sentía peor. Identificó que al estar en episodios de abundante estrés laboral o familiar, empezaban el dolor, las agruras y las molestias intestinales.

Ahí estaba la clave: sus problemas emocionales le estaban afectando al sistema digestivo. “El cambio en el estilo de vida es el mejor tratamiento”, explica. Dio un giro a su alimentación e incluyó la práctica de deporte.

En su dieta no constan las preparaciones con condimentos, productos picantes y evita comer en la calle. Bladimir Cabezas, gastroenterólogo y endoscopista, explica que la incidencia del síndrome se incrementó desde la pandemia de covid-19 en 2020.

Antes, los adultos lo desarrollaban más por el estrés laboral; sin embargo, desde hace tres años, niños y adolescentes ya son parte de los pacientes con intestino irritable.
El encierro y cambiar la rutina diaria provocó choques de estrés, ansiedad y depresión en las personas más jóvenes y el cuerpo respondió con esta enfermedad como alerta.

El especialista indica que el intestino irritable no se determina mediante un examen, sino con la serie de síntomas que presenta el paciente. Con frecuencia, los problemas para evacuar, los retorcijones, la diarrea, las náuseas, la pérdida de peso y cambios en las heces son los principales indicadores.

Así actúa la salud mental con el síndrome

Las personas que presentan problemas de estrés y trastornos como ansiedad son más propensas a presentar este síndrome. Foto: Pexels

Las personas que presentan problemas de estrés y trastornos como ansiedad son más propensas a presentar este síndrome. Foto: Pexels

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), del 40 al 60% de los pacientes diagnosticados con depresión, ansiedad y que tienen episodios de estrés desarrollan con más frecuencia el síndrome del intestino o colon irritable.

La psicóloga clínica Paula Martínez indica que el síndrome se asocia directamente con los trastornos ansiosos, depresivos y de tensión, por la respuesta física del cuerpo al tener un episodio, es decir, el organismo frena la función estomacal y motilidad (movimiento) del intestino, cuando el paciente sufre una crisis.

Los trastornos mentales causan una mayor alteración y daño en el cuerpo. Los cambios físicos que presentan los pacientes son cansancio, fatiga, falta de sueño, dolor, inflamación y cambios al interior del intestino, como el desgaste de la flora intestinal.

Por la ansiedad y depresión, la dieta diaria se ve comprometida. Hay pacientes que desarrollan impulsos por comer en grandes cantidades, incluidas las preparaciones altas en picante y condimentos que inflaman la permeabilidad (paso de nutrientes) del tubo digestivo.

En cambio, aquellas personas que ingieren alimentos en bajas cantidades o no comen son más propensos a la desnutrición y deshidratación crónica. Respecto de los cambios producidos por el síndrome del intestino irritable, la especialista explica que las personas diagnosticadas con alguno de estos trastornos emocionales tienden a presentar síntomas conductuales, por ejemplo el aislamiento social.

Los pacientes con esta enfermedad son sometidos a tratamientos a base de fármacos. Cabezas menciona que los cambios en el organismo, como la diarrea o deshidratación se tratan con pastillas o sueros que compensan estos síntomas.

Mientras que la parte psicológica requiere de terapias para identificar el problema ansioso o depresivo. Las sesiones se deben trabajar con técnicas ‘mindfulness’ empleadas para aliviar el dolor y reducir los niveles de estrés y
las preocupaciones.

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